Los Kirchner aman a Santa Cruz y valoran sus amistades. Lo prueba, ahora, la represa que encararán allí dos grupos empresarios cercanos al Gobierno, como ayer informó Clarín. Y además, los beneficios que otros aliados sacarían del mismo emprendimiento (ver La mayor obra pública beneficia a más aliados del Gobierno ).
Pero si eso no es suficiente demostración de afecto, está la chorrera de plata que Vialidad Nacional le gira a la provincia para rutas, caminos y otras obras. En los últimos tres años, $ 2.165 millones. O US$ 560 millones al tipo de cambio actual, bastante más al dólar promedio del trienio.
Es preciso hacer mucha infraestructura para justificar un gasto así. O los costos y los contratos (muy concentrados) son decididamente altos. O encubren otras cosas, como dice la oposición.
El año pasado, Santa Cruz recibió casi tantos fondos como Santa Fe y Córdoba juntas. Y entre 2007 y 2008, más que la suma de ambas y Buenos Aires.
Nadie iguala a la provincia de los Kirchner en el gasto vial por habitante. Sólo un ejemplo: en el último trienio, su cuenta arrojó $ 9.400 por persona y la de Tucumán, raquíticos $ 305.
Cualquiera de las cifras diría que en Santa Cruz se tienden rutas y caminos sin parar, en principio para conectar sus centros turísticos. Otros lugares del país deben necesitar lo mismo. Y mucho el enorme déficit vial, que dificulta y encarece el traslado de la producción. Pero así es el orden de prioridades K.
Vialidad y el gigante hidroeléctrico orbitan en el área de Julio De Vido. Y el ministro de Planificación atiende en Olivos. Sin embargo, no es todo oro lo que reluce en Santa Cruz. Tiene el segundo mayor déficit fiscal del país, sólo superado por el de Buenos Aires. Y allí el kirchnerismo perdió en junio: eso sí, ganó en El Calafate.
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