En el discurso pronunciado al asumir el cargo de Comandante en Jefe de la Armada Nacional, puso énfasis en la importancia de mejorar los medios de que dispone la Armada, incluyendo tanto a sus elementos materiales como al personal. Todo ello con el fin de "afirmar y defender" la soberanía de nuestro país.
La Armada Nacional cumple con un papel muy especial para conseguir ese objetivo esencial, que abarca desde la investigación científica (caso del Sohma), hasta la aplicación de los convenios internacionales de la OMI referentes a la seguridad de la vida humana, las cargas, los buques y el medio marino.
Al mismo tiempo, y sin perjuicio de aquel papel central de la Armada, la tutela de los intereses marítimos depende de un conjunto más amplio de actividades que involucran a muchos sectores de nuestra sociedad.
Desde la enseñanza y la información (los creadores de la conciencia marítima), hasta la investigación científica y, fundamentalmente, las actividades económicas vinculadas con el aprovechamiento de los usos y la explotación de los recursos de los ríos y mares.
Las actividades marítimas y fluviales de nuestro país parecerían concentrarse en dos o tres grupos de intereses.
Uno de ellos es el constituido por la navegación comercial y la actividad portuaria.
Los principales puertos uruguayos reciben un importante tráfico de buques, incluyendo a Nueva Palmira (810 buques en el año 2008), Fray Bentos (138 buques en el 2009) y Montevideo (4.881 buques, o, mejor, escalas, en el 2009).
El movimiento total del Puerto de Montevideo el año pasado incluyó 1.003 buques fluviales o de cabotaje (con un tonelaje de registro total de 3,2 millones de toneladas), 2.068 pesqueros nacionales y extranjeros (924 mil toneladas) y 1.810 buques que operan en los tráficos de ultramar (43 millones de toneladas).
Ese tráfico se incrementa continuamente y es una actividad económica de trascendencia nacional y regional. También apareja responsabilidades para nuestro país.
Otro grupo de intereses son los vinculados a los recursos minerales en el subsuelo acuático.
Hoy, la plataforma continental de nuestro país se extiende hasta una distancia de 200 millas náuticas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide el mar territorial. Es decir que su límite exterior coincide con el de la zona económica exclusiva.
Eso cambiará. En abril pasado el Uruguay entregó a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas su presentación para extender aquel límite hasta la milla 350.
Aún cuando los derechos de soberanía que le corresponderían a nuestro país en la franja comprendida entre las millas 200 y 350 se limitan a la exploración y explotación de los recursos de la plataforma (no de las aguas), la decisión favorable de la Comisión le abriría importantes posibilidades a nuestro país.
Pero, en el mar no basta con tener derechos, es necesario conocerlos a fondo, defenderlos, vigilarlos y, sobre todo, ejercerlos.
"Las actividades marítimas de nuestro país se concentran en dos o tres grupos de intereses".
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