Bastaron poco más de 50 milímetros para que la ciudad viviera un nuevo caos de verano. La lluvia que cayó en la madrugada de ayer no sólo causó la muerte dos personas, también provocó la autoevacuación de vecinos en la zona del Tropezón, a lo que se sumó el anegamiento de calles, demora de algunas líneas de colectivos y rotura de semáforos.
Como ocurre en estos casos, el agua caída en la capital provincial no se apiadó de la precariedad en la que viven muchos vecinos y arrasó con sus pocas pertenencias.
Esta vez fue el turno de los barrios Mafekin y Los Robles, en la zona del Tropezón, donde el agua entró por debajo de las puertas y los espacios que dejan las maderas y las chapas de los techos, pero también por las ventanas.
Es que a pocos metros de estas viviendas se encuentra el Canal Maestro Sur. Los atascamientos de basura en el cauce y en las bocas de los puentes provocaron el desborde y, por consiguiente, la inundación. Por otro lado, el agua que viene de la ruta que une Córdoba con Villa Carlos Paz desemboca en este sitio de la ciudad.
“Eran las 7, estábamos durmiendo, hacía un ratito se había cortado la luz. De repente me di cuenta y le grité a mi papá que se levantara y saliéramos de la casa porque se venía el agua”, cuenta Karina Cuello, vecina de barrio Costa Canal Los Robles.
En todos los hogares ocurrió de la misma manera: las obras de desagüe que, según los vecinos, la Municipalidad había comenzado a hacer algunas semanas atrás, no alcanzaron para contener el agua y el barro, como tampoco sirvieron los trapos y ladrillos que ellos mismos colocaron.
Una decena de familias se quedó sin colchones, ropa y calzados. Lo poco que pudieron salvar terminó arriba de la mesa y hasta en los techos. Las paredes, muchas de cartón, estaban totalmente mojadas. Y las calles se transformaron en ríos de barro imposibles de transitar.
Muchas mamás llevaron a sus hijos al centro vecinal Mafekin, donde pudieron dejarlos hasta la tarde. Algunos mayores pasaron las horas más dramáticas en las casas de los vecinos que no fueron afectados, mientras otros se quedaron en sus hogares para sacar el agua y salvar algunas pertenencias.
Personal policial que se encontraba en la zona contó a este diario que apenas el agua del canal comenzó a a subir, llegaron agentes de Defensa Civil para sacar los vecinos del lugar, pero ellos no quisieron dejar sus cosas.

Complicación de lunes. Al desorden de tránsito, amontonamiento y cordobeses apurados que marcan el pulso de la ciudad todos los lunes a primera hora, ayer se sumaron las consecuencias de la lluvia.
Alrededor de las 8, circular por la capital provincial era todo un desafío.
En algunas de las arterias más importantes los semáforos estaban fuera de servicio, y a los automovilistas no es quedó otra opción que arreglárselas a bocinazos.
Por otro lado, en las paradas de los colectivos los vecinos tuvieron que armarse de paciencia y esperar, porque los coches no salieron a tiempo a causa de la cantidad de calles anegadas.
Además, la costanera del Suquía, una arteria de tránsito rápido, estaba interrumpida en varios sectores.
En lugar de calmar el calor y refrescar el humor de los cordobeses, el agua parece haber llegado para colaborar con los males de la temporada estival.

Puntos de vista

Alejandra Villarreal (37). “El agua entró por la puerta y las ventanas de mi casa. No sabíamos cómo pararla. Tuve que llevar a mis siete hijos a un centro vecinal. Perdimos todo lo que teníamos”.

Viviana Cornejo (40). “Hace unos años viví en este barrio. Hoy vine hasta aquí para ayudar a mi madre, que tiene la casa llena de barro y agua. Es la primera vez que ocurre algo así en este lugar, es un desastre”.

Marta Salcedo (36). “Uno de mis hijos sufre de asma. Cuando el agua entró a casa tuve que sacarlo enseguida porque esta humedad le hace muy mal. El Gobierno se olvida de nosotros, no podemos vivir así”.

Karina Cuello (23). “Me desperté, la luz se había cortado y el agua ya estaba en la casa. Una vecina se descompuso y tuvieron que llevarla al hospital. Me vine a lo de mis vecinos. Espero que alguien nos ayude”.