Los 27,5 milímetros de lluvia registrados ayer sobre la capital provincial volvieron a causar trastornos.
En el centro y en los barrios algunas calles colapsaron. En Puerto Viejo los vecinos estuvieron intranquilos con el arroyo Antoñico. El cauce estuvo al límite durante algunos minutos.
En Defensa Civil de la Municipalidad tuvieron 45 pedidos de diferente índole. Lo que más solicitaron los vecinos fueron bolsas de arena. Más que nada los viven cerca de los arroyos Antoñico, Colorado, Las Viejas y La Santiagueña.
En tanto que en calle Misiones un joven fue vencido por el agua, cayó a metros de la intersección con Uruguay y la correntada le llevó su portafolios.
UNO consiguió las fotos a través de una atenta lectora que estaba fotografiando cómo se inundan las calles. En ese momento, el muchacho del maletín negro perdió el equilibrio y por poco sus pertenencias. Por suerte el maletín quedó debajo de un automóvil y él no sufrió serias lesiones.
Más agua. Las fuertes precipitaciones que comenzaron ayer por la mañana y se intensificaron por la tarde seguirán durante toda la semana.
Según datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) continuarán condiciones adversas hasta el fin de semana.
Sabiendo estos datos existe preocupación entre los funcionarios.
Si bien el río bajó algunos centímetros el temor es que ahora desborden todos los arroyos y lagunas que rodean la ciudad.
Preocupación. Según datos elaborados por el Instituo Nacional del Agua (INA), se esperan algunas lluvias y tormentas aisladas sobre todo el Litoral y el sur de Brasil. Para el martes y el miércoles persistirán las mismas condiciones con mejoramientos temporarios.
El mismo organismo prevé un mejoramiento para el viernes y para sábado y domingo nuevamente hay probabilidades de lluvias y tormentas intensas en dicha región.
NÚMERO
27,5 Fueron los milímetros de agua caídos sobre la capital provincial según la Fuerza Aérea.
PARA DESTACAR
El joven del bolso negro se anima a cruzar la calle sin pensar los riesgos.
Pierde el equilibrio y la correntada, cada vez más fuerte, le tira el bolso.
El agua, que siempre puede, le saca el maletín de las manos al muchacho.
Por suerte el bolso quedó debajo de un automóvil estacionado y lo pudo recuperar.
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