Desde la subsecretaría de Medio ambiente de la provincia estimaron en más de 200 mil los peces muertos en el dique de Ipizca, durante el fin de semana, lo que equivaldría a unas 4 toneladas. Aunque aún no se conoce la causa real de la mortandad, las primeras investigaciones llevan a pensar que se trató de personas vinculadas a la venta ilegal de peces, quienes habrían arrojado bombas de cal o de carburo.
La denuncia sobre la mortandad de peces en el dique de Ipizca, se recibió el jueves pasado. Y desde ese momento, fiscalizadores de flora y fauna, y también personal de la brigada de incendios forestales, trabajan en la limpieza y búsqueda de las causas de esta situación.
Hasta el momento se contabilizaron unos 200.000 ejemplares de pejerreyes muertos, algunos flotando a lo largo y ancho del dique, otros, posiblemente olvidados por pescadores, perfectamente acomodados y limpios en las orillas del embalse. Por esta razón, se investiga la posibilidad de que la causa principal se deba a la explosión de bombas de cal o de carburo, arrojadas por pescadores ilegales que buscaban la pesca masiva para su posterior comercialización.
No obstante, y hasta que se disponga de los datos completos sobre las sustancias que contenía el agua, que están siendo analizados en las Universidades de Catamarca y también en Córdoba, no se descarta la hipótesis de que los peces hayan muerto como consecuencia del crecimiento no controlado de las algas naturales del dique.
“Cuando mueren grandes masas de algas se liberan sustancias contaminantes como la denominada geosmina que puede matar peces y otros organismos acuáticos que consumen oxígeno”, explicaron desde Ambiente.
Además de los pejerreyes, se estima que también murieron un número importante de palometas y carpas. En tanto los tamaños de algunos ejemplares superan los 50 centímetros y los 3 kilogramos de peso.
Ayer, un equipo de 10 personas arribó al lugar para continuar con los trabajos de muestreo y limpieza.
Calidad y veda
En cuanto a la calidad del agua para el consumo humano, desde Ambiente explicaron que está permitido, pero que se realizan análisis en forma permanente. Esto teniendo en cuenta que la mitad de la población de Ancasti se abastece con el agua del dique.
Por otra parte, confirmaron que el lago permanecerá cerrado por precaución durante 30 días. Para proteger las condiciones naturales de los peces y del mismo dique se obligará una veda para la pesca de 6 meses que podrá extenderse a 1 año, dependiendo del crecimiento de estas especies.
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