La sudestada tiene a mal traer a los vecinos de la ribera. El domingo y ayer, el río desbordó, anegó calles internas y obligó a las líneas de colectivos a reducir el recorrido habitual.
Ayer, si bien la situación puso en alerta a la Dirección de Defensa Civil de la Municipalidad, no se produjeron mayores inconvenientes hasta el cierre de esta edición, si bien se espera que a partir de las 21 continuara creciendo el nivel del río.
El director de Defensa Civil, Néstor Guglielmino, informó que el agua llegó a la altura de la terminal de la línea 85 con una altura de 2,50 metros, aunque para las 9 podía superar los 3 metros, lo cual obligaría a realizar algunas evacuaciones.
El destacamento de la ribera hizo sonar la alarma para avisar a los habitantes de la zona, muchos de los cuales aprovecharon el fenómeno para pasear o pescar, sin advertir el peligro que la situa-ción generaba.
Guglielmino, en declaraciones a la prensa, dijo que "si el río se mantiene en los valores que nos dieron, vamos a estar dentro de los parámetros que venimos manejando en estos momentos".
El domingo, sin embargo, la situación complicó a vecinos y visitantes, algunos de los cuales quedaron atrapados por la crecida y tuvieron que ser auxiliados para salir de las zonas inun-dadas.
Desde las 11 se comenzó a notar el alto nivel del cauce, pero por la tarde, la sudestada sorprendió a muchos clientes de los bares de la ribera y a automovilistas que quedaron atascados en la avenida Cervantes.
Ese día el agua ingresó a las casas de los vecinos que, si bien no fueron evacuados, sufrieron las consecuencias de la marea.
La sudestada y el mal tiempo viene complicando la situación de la ribera que en los anteriores fines de semana sofocantes llegó a recibir la visita de unas cien mil personas.
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