Nuevamente, miles de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires se han visto seriamente perjudicados por la imprevisión de sucesivos gobiernos comunales.
Desde hace muchos años, la Ciudad sufre periódicas inundaciones debidas a que su sistema de evacuación no es suficiente para derivar los elevados volúmenes de agua que producen las fuertes lluvias. Esto se debe no sólo a que no se cuenta con los dispositivos suficientes para estas ocasiones, sino también a que la infraestructura está atrasada en relación al crecimiento de la afluentes causados por el aumento de la población.
En la actualidad se está llevando a cabo un proyecto aprobado hace cinco años, que ha sufrido demoras y que está envuelto en controversias sobre modificaciones introducidas por el actual Gobierno de la Ciudad sobre el proyecto aprobado por la Legislatura y por eventuales sobrecostos.
De hecho, en agosto pasado, la Justicia porteña ordenó la detención de las obras que, de todos modos, siguen realizándose, todo lo cual genera incertidumbre sobre el futuro del programa.
En este contexto se produjo un nuevo temporal que provocó el anegamiento de barrios que tradicionalmente se inundan y otros nuevos. Como consecuencia, cientos de miles de vecinos sufrieron pérdidas materiales de diversa magnitud y trastornos de todo orden en su vida cotidiana que serán sólo muy parcialmente compensados por los subsidios previstos. Y, peor aún, no podrán volver a la tranquilidad, porque nada les asegura que no volverán a sufrir lo mismo en un futuro cercano.
Sólo compensa el alivio de que, en esta ocasión, no se produjeron víctimas mortales como en otras inundaciones.
Es necesario, por lo tanto, disponer de un programa consensuado, que no esté sujeto a sospechas o litigios judiciales y que garantice la ejecución de las obras indispensables. Esta es la única alternativa para que las inundaciones no se repitan o que, al menos, no tenga las graves consecuencias que han tenido las que ya se han producido.
La demora en obras necesarias para la Ciudad ha provocado nuevas inundaciones, con grave daño para miles de vecinos. Es necesario contar con un plan para que la situación no se repita.
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