Tras haber generado una marcada polémica por los recursos que deberá aportar la Nación, la licitación de las usinas hidroeléctricas de Santa Cruz se topó ayer con varios cuestionamientos técnicos que apuntan al esquema de financiamiento y a las razones que llevaron a priorizar su ejecución por encima de otras obras energéticas.
Las represas patagónicas son las que conforman el complejo hidroeléctrico "Condor Cliff y La Barrancosa" que la Nación prevé construir sobre el río Santa Cruz. De concretarse, será la contratación de la mayor obra de infraestructura de la gestión kirchnerista e implicará, como mínimo, una inversión estatal de $ 15.406 millones, superior a la que estaba prevista para el Tren Bala.
Para el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña el camino elegido para construir las represas "resulta improcedente porque no se sustenta en un esquema de financiación sólidos".
Tras indicar que el monto presupuestado para la obra "no responde a los valores existentes en los mercados competitivos", Lapeña advirtió que el financiamiento basado en recursos presupuestarios "provocará un agujero fiscal que no se podrá cubrir en el futuro".
Agregó que para revertir los fracasos que acumula el Gobierno en materia energética "hay que volver a los esquemas tradicionales de financiación de las grandes obras con créditos de organismos internacionales y fondos específicos".
En tanto, Daniel Montamat (ex titular de Energía y de YPF) consideró que "tal como está planteado, el proyecto responde más a un sentido localista que federal".
"¿Por qué en vez de destinar semejante inversión para Santa Cruz no se privilegió el desarrollo de las microcentrales hidraúlicas y los parques eólicos que están proyectados en el resto del país?", se preguntó el ex funcionario.
Montamat indicó que "la obra presenta un gran interrogante por el lado del financiamiento y no sería extraño que se convierta en un emprendimiento interminable como Yacyretá que está en construcción desde la década del 70".
Por su parte, el consultor Francisco Mezzadri indicó que "los valores promedios que se manejan para la construcción de usinas hidroeléctricas se ubican entre US$ 1,2 y 1,4 millones por MW, bastante alejados de los US$ 2,3 millones por MW que costaría la obra".
"Seguramente -sostuvo Mezzadri- la diferencia de precios estará en las bases de sustentabilidad que tendrán las represas, pero ese dato clave aún no se conoce como para evaluar la integridad de la obra".
El costo del proyecto hidroeléctrico quedó sobre el tapete luego de que el ex gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo afirmara que la inversión de $ 15.406 millones resulta un "verdadero disparate" frente al precio inicial de $ 6.000 millones de hace tres años.
Ayer, el ministro de Planificación, Julio De Vido salió al retrucar a Acevedo y sostuvo que "el costo por MW se encuentra dentro de los parámetros de proyectos similares que existen en el país".
Tras cuestionar al ex gobernador por haber dejado su cargo antes de tiempo, De Vido destacó que "no se pueden comparar los precios de las grandes obras sin tener en cuenta las particularidades técnicas de cada proyecto".
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