El gobierno argentino anunció que tomará medidas para frenar las prospecciones petroleras en las Islas Malvinas, por lo cual puso restricciones a los buques y recurrirá a ONU. La firma británica Desire Petroleum seguirá avanzando según lo planeado.
Gran Bretaña pretende "explotar en forma unilateral e ilegítima recursos naturales que son de la República Argentina, y Argentina tiene que tomar las medidas adecuadas para defender sus intereses y sus derechos", dijo ayer el vicecanciller argentino Victorio Taccetti.
"Cuanto más lejos tengan que ir a buscar sus aprovisionamientos, se les hace más difícil y más costoso``, acotó, en relación al decreto que la presidenta Cristina Fernández firmara el martes y por el cual se limita el tránsito marítimo entre los puertos continentales de Argentina y las islas Malvinas.
El decreto 256/2010 dispone que "todo buque o artefacto naval que se proponga transitar" entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y puertos ubicados en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur "deberá solicitar una autorización previa expedida por la autoridad nacional competente".
Los buques con carga que llegan a las islas generalmente provienen de Chile o Uruguay, pero el gobierno uruguayo no tuvo comunicación ni ninguna clase de pedido desde Argentina tras la decisión.
El canciller Pedro Vaz dijo a El País que Uruguay "ha sido muy cuidadoso con este tema", en "no ser contradictorios del apoyo a la posición argentina sobre Malvinas", puesto que "mas allá de la buena relación que existe con Gran Bretaña", esta "cuestión es de principios".
Uruguay no permite el arribo de barcos y aviones militares que regresen o viajen a Malvinas, según lo recordó el presidente Tabaré Vázquez en agosto de 2009, cuando participó de la Cumbre de Presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas. En esa ocasión, relató que un mes atrás el gobierno negó la autorización para que un avión tanque británico aterrizara en el país para cargar combustible a fin de abastecer aviones caza británicos que se encontraban en las Islas Malvinas.
Un vocero de la empresa petrolera británica -a la que se pretende dañar con esta medida- dijo ayer a la agencia Reuters que "la logística de Desire no está afectada", lo que significa que la plataforma de perforación "Ocean Guardian" seguirá su camino hacia las islas y se convertirá en la primera en perforar ese territorio desde 1998. Se prevé que llegue mañana.
Desde el Reino Unido, el ministerio de relaciones exteriores se mostró cauto y emitió un comunicado donde decía que "las regulaciones que rigen las aguas territoriales argentinas son asunto de las autoridades argentinas" y que "esto no afecta a las aguas territoriales de las Falklands (su nombre en inglés), que están controladas por las autoridades de la isla".
Pero algunos parlamentarios fueron más intrépidos y pidieron convocar al embajador argentino para decirle que "esto es inaceptable".
El presidente del grupo mixto parlamentario sobre las islas, Nicholas Winterton, calificó como "patético e inútil" el decreto. Según él, Argentina no tiene ninguna jurisdicción sobre las islas que Gran Bretaña ocupa desde 1833.
De todas formas esta no es la única medidas que tomará Argentinas pues el canciller Jorge Taiana anunció ayer que el próximo miércoles expondrá la posición de su país al secretario general de ONU, Ban Ki-Moon.
INTERESES. La disputa en torno a Malvinas no es nueva. En diciembre del año pasado, medios de prensa ingleses informaron que bajo las aguas de la zona podría haber reservas de petróleo de hasta 60.000 millones de barriles, cifra que es de las mayores a nivel mundial. Cuatro empresas inglesas -Rockhopper Exploration, Desire Petroleum, Falkland Oil and Gas y Borders and Southern Petroleum- exploraban el área.
Poco después, Desire Petroleum contrató una plataforma para iniciar excavaciones.
Argentina reaccionó citando a la embajadora británica en el país, Shan Morgan, para manifestarle por medio de una nota formal su "enérgica protesta" "por el inicio de actividades de perforación petrolera al norte de las islas Malvinas".
"Lo que están haciendo es ilegítimo porque vulnera la soberanía, los derechos y los recursos de la Argentina. La posición de Argentina es clara en cuanto a defender y preservar nuestros derechos en las islas", dijo al respecto Taiana.
En respuesta, la embajada británica ratificó que los isleños tienen derecho a buscar petróleo en Malvinas y sus aguas circundantes y que el Reino Unido apoya esto y no tiene "ninguna duda" de su soberanía.
Casi al mismo tiempo, el diario The Financial Times publicó que su gobierno no atendería la queja argentina y que el primer ministro Gordon Brown estaba "ansioso por evitar que la disputa con Buenos Aires se intensifique y derive en un enfrentamiento militar". Argentina rechazó tal insinuación y negó una posible guerra.
Pero el 10 de este mes impidió el embarque de una partida de tubos en un buque de bandera extranjera que supuestamente provenía de las islas. Cinco días después, promulgó el decreto que establece un permiso especial para los buques.
La visión de los argentinos
"Vamos a seguir trabajando incansablemente por nuestros derechos en las islas Malvinas, por los derechos humanos". El eje del argumento argentino para frenar los avances de las perforaciones radica en la soberanía, según lo confirmó el martes la presidenta Cristina Fernández.
Desde 1965, cuando se adoptó la Resolución 2065 de Naciones Unidas, Malvinas es un territorio cuya soberanía "está en disputa" y, por lo tanto, se rige según lo establecido por la ONU para los países y pueblos coloniales, según lo establecido en la Resolución 1514.
En ese documento, la ONU rechaza todo tipo de colonialismo y destaca que, para encaminar el diálogo hacia la independencia, debe "respetarse la integridad de su territorio nacional". También remarca que "todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta" de la ONU.
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