El Gobierno provincial anunció en la jornada de ayer una drástica suba de los valores del servicio sanitario para las 15 ciudades consesionadas por la empresa Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA).
El indicador es la sumatoria del reajuste "gradual, acumulativo y en bimestres consecutivos" del 19 por ciento a partir del 1 de marzo y del 12 por ciento cada uno de los cuatro bimestres restantes hasta fin de año, según lo planteado por el Ministerio de Aguas y Servicios Públicos.
Entre los argumentos del tarifazo, Aguas Santafesinas SA. manifiesta que "no se alcanza a cubrir los costos operativos con los recursos propios, lo cual genera un déficit que es cubierto con aportes del Tesoro provincial".
En los últimos días, el propio gobernador Hermes Binner, incluso aquí, en sus tierras natales, reiteró lo que ahora parece ser el latiguillo oficial para justificar el incremento: "producir un litro de agua nos cuesta un peso, pero al usuario se lo cobramos $ 0.44".
De acuerdo a algún cálculo, el promedio de las facturas de las 15 ciudades concesionadas se eleva a 32 pesos. Ahora pasaría a ser de 59,84 pesos.
Está claro que el sistema es deficitario. Cuesta creer que lo haya sido en las épocas de Aguas Provinciales, cuando los franceses pedían renegociar el contrato, en pleno auge del condenatorio "1 a 1".
A partir de la convocatoria para audiencias públicas para el 2 y 5 de marzo, en la capital provincial y en Rosario, respectivamente, los directores del ENRESS plantean escuchar a usuarios y consumidores, organizaciones intermedias e instituciones antes de emitir su dictamen.
Claro que hay un pequeño dato, del cual hay que hacer mucho hincapié:
la decisión del Ente Regulador, no es vinculante. En otras palabras: es sólo un consejo que le brinda al Gobierno, no una orden.
¿Qué ha hecho ASSA por Rafaela, a casi tres años de su ingreso como accionista? En cuanto al suministro de agua, la planta de ósmosis inversa se encuentra entre los puntos positivos. Permitió usar agua rafaelina y mezclarla con la esperancina, aumentando un 25% el caudal del acueducto.
Se hicieron inspecciones de caños de ciertos barrios, en donde el entramado es muy antiguo. Pero todo el mundo sabe que lo que se hizo necesita de mucha más continuidad, debido a la dejadez de los franceses, amparados por los anteriores gobiernos.
Se necesita hacer mucho. Es cierto. Durante casi una década no se invirtió, también es cierto. Pero no se puede seguir echándole la culpa a los anteriores gobiernos, como si esto fuera la solución de los actuales problemas. El usuario (en última instancia, también vota, que es lo que le importa al político de turno) sabrá reconocer por sí solo cuando las cosas funcionaron.
En términos económicos, todos los santafesinos subsidian los valores de apenas 15 ciudades. Es cierto que es inequitativo. Pero, ¿puede hacerlo la empresa sin que haya una correlación de obras? En especial, en lugares como en Rafaela, en donde sólo se podría entender casi la duplicación de la tarifa en función de lo escaso del bien que entregan -en el mejor de los casos-.
Por otra parte, ¿no sería mucho más justo que, al igual que lo postulado por el Gobierno nacional para el ahorro de la energía eléctrica y del gas, se le aumente mucho más a aquellos que consuman más? Seguramente, dado su postura progresista, la administración socialista no podría negarse a este criterio. Claro que hay un "pequeño" detalle que lo vuelve imposible de cumplir: la falta de micromedidores en cada una de las casas. Otro motivo más por el cual la tarifa plana (basada en el criterio de que quien tiene una casa más grande, consume más agua) debe dejar de existir y se debe modificar esto inmediatamente.
La Federación de Entidades Vecinales solicitó que se realice una audiencia en nuestra ciudad, para que la voz de los vecinos pueda escucharse. Y coincide tanto en la necesidad de un aumento como en la creación de un plan de obras para Rafaela. Ojalá sea escuchada. Así los usuarios rafaelinos podremos hacer oír nuestras quejas. |
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