En Comodoro Rivadavia no recuerdan una tormenta igual: en tres horas cayeron 22 milímetros de agua, que sumados a los 20 que llovieron durante todo el miércoles provocaron un alud que dejó a la ciudad sepultada en el barro. Como consecuencia, dos personas murieron y a un chico de 14 años estaba con muerte cerebral al cierre de esta edición.
Los comercios, las casas del centro de la ciudad y el Hospital Regional llegaron a tener 10 centímetros de lodo en sus interiores. La Ruta 3, vital para la zona, también resultó afectada. Por lo pronto, 80 evacuados reciben asistencia en gimnasios municipales y según fuentes oficiales Comodoro Rivadavia retomará su ritmo en unos diez días, cuando terminen de limpiar las calles y avenidas.
"Como si Comodoro fuera un techo a dos aguas", así explica Silvia Cemedo, comerciante de Comodoro, el alud que se dio en la ciudad hacia las 22 de anteayer. El Cerro Chenque, uno de los tantos que bordea esa ciudad de Chubut, hizo las veces de gran tobogán. La gran cantidad de agua que cayó, en tan poco tiempo, arrastró tierra y rocas. "Los barrios Laprida, Newbery, Las Flores, San Martín y Máximo Abasi son los más afectados. Allí hay entre 500 y 600 casas dañadas", señaló a Clarín el intendente local, Martín Buzzi.
Las dos personas fallecidas vivían en esos barrios. Una joven de 18 años, a quien identificaron como Mercedes Navarro, vivía en el Newbery y fue arrastrada por el alud. Murió ahogada por el barro debajo de un auto. Raimundo Bordón, de 76 años, era de Laprida y falleció de un paro cardíaco al ver que su casa se derrumbaba por la fuerza del barro. El hombre fue atendido en el Hospital Regional de Comodoro, el mismo lugar donde un chico de 14 años –de quien no trascendió su nombre por ser menor de edad– sufre un cuadro irreversible. Según explicaron en el área de Pediatría, "su estado es grave, tiene lesión cerebral y pulmonar importante y es asistido con respirador". Trascendió que la familia estudia donar los órganos del chico y que ayer por la tarde recibió la unción de los enfermos en la sala de terapia intensiva de esa unidad sanitaria, donde permanecía internado. El chico, menor de dos hermanos, vivía en el Newbery con sus padres y fue arrastrado por el lodo tres cuadras, hasta que chocó contra un auto y recién en ese momento pudieron rescatarlo.
Además, dos nenes de 2 y 4 años estarán internados en observación hasta hoy a la tarde. Presentaron cuatros de hipotermia y traumatismos, pero están fuera de peligro. En el resto de las salas de atención, 24 en total, atendieron casos de golpes y lastimaduras pero ninguno de gravedad, según José Corchuelo Blasco, director del Area Programática de Salud de Comodoro.
En la parte baja de la ciudad, donde se terminó de asentar todo el lodo que bajaba del cerro Chenque, hubo cortes de luz y teléfono, y calles anegadas. Hasta ayer, 40 equipos viales trataban de sacar el barro de los barrios San Cayetano, La Floresta y la zona céntrica. "Es como sacar chocolate. La tierra aquí es greda, muy arcillosa e incapaz de absorber el agua como la tierra común. Con tanta lluvia caída en tan poco tiempo, empezó a correr el barro por todos lados", intentó explicar Manuel Ebidiges, vecino de Abosolo.
La Ruta 3 será hasta mañana uno de los principales puntos a atender. Como consecuencia del temporal se cayó un sector del muro costero y parte del terraplén por debajo del asfalto, además de una columna de luz. Vialidad Nacional cortó la circulación a la altura del kilómetro 1834, entre las calles Juan B. Justo y Namuncurá, y dejó sólo una mano para circular.
"Nos tomará unos diez días como mínimo volver a la normalidad. Por lo pronto vamos a sacar el barro de las calles y reparar el servicio eléctrico en algunas zonas. Esto es inédito en Comodoro", insistió Buzzi.
"Parecía que el cerro se desmoronaba"
Jorge Texeira estaba al frente de la caja de sus restorán, Bom Bife, cuando vio pasar dos contenedores de basura. Achinó los ojos y fijó la vista: lo que estaba pasando sobre la calle España al 700, donde tiene su local, se parecía más a una película de ciencia ficción que a una tormenta eléctrica. "Había caído agua todo el día y estábamos en un descanso de lluvia. Pero se notaba que no era una tormenta más. En un segundo, la basura, el barro y las piedras tomaron la calle. Parecía que el cerro se desmoronaba", cuenta Jorge, ahora más tranquilo porque su negocio no sufrió las consecuencias. La tormenta, copiosa y eléctrica, duró una media hora. Luego menguó pero igual seguían cayendo gotas sobre Comodoro. A esa altura, una parte de la Ruta 3 se desmoronaba y muchas viviendas estaban destruidas. "La parte baja de la ciudad, es decir, la zona céntrica, se quedó con todo el barro que se desprendió del cerro. Acá vamos a tener que limpiar. Pero arriba van a tener que arrancar de cero", dijo Jorge. |
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