Medio millar de personas fueron asistidas hasta ayer en zonas ribereñas del río Salado ubicadas en los departamentos Jiménez y Alberdi. Se trata de numerosas familias que quedaron aisladas en sus hogares por el agua acumulada en los caminos a causa de las últimas lluvias y del desborde del río Salado por la reciente crecida.
El director de Defensa Civil de la provincia, Mario Guzmán, dijo que en total fueron 85 las familias que entre el miércoles y ayer recibieron comestibles, nailon y otros elementos que les permitirán sobrellevar la situación hasta que baje el nivel del agua que alcanzó al metro de altura en algunos lugares.
Un relevamiento realizado ayer por personal del organismo permitió conocer la situación de numerosas familias distribuidas entre los parajes La Laguna y San Gregorio y la localidad de Santos Lugares.
Si bien la principal causa del anegamiento de los caminos fueron las lluvias registradas hasta el fin de semana, el crecimiento del caudal del río Salado también agravó la situación, ya que la presión del agua provocó la rotura de los bordos construido por obreros de Recursos Hídricos en enero pasado, precisamente cuando había riesgo de desbordes.
Guzmán dijo que desde el miércoles el nivel del Salado comenzó a bajar paulatinamente y hasta ayer se estaban erogando desde el dique El Tunal, en Salta, alrededor de 60 metros cúbicos por segundo, casi diez más de lo que se considera normal para este cauce.
Pero la mayor preocupación surgió entre el sábado y el lunes pasados, cuando las lluvias caídas en suelo salteño, en la zona de Metán, obligaron a las autoridades de la vecina provincia a abrir las compuertas y llegaron a enviar hasta 120 metros cúbicos por segundo, lo que verdaderamente puso en alerta a las fuerzas de emergencia locales, ya que de mantenerse ese nivel las complicaciones para los pobladores ribereños podrían haber sido importantes.
Hasta ayer, las familias de las zonas aisladas están obligadas a subsistir con la ayuda que reciben de Defensa Civil, para lo cual los más jóvenes deben salir a pie hasta las zonas altas, recorriendo kilómetros de caminos inundados, para recoger las bolsas de alimentos.
Las estimaciones indican que en una semana podría descender completamente el agua para volver a ser transitada. Sólo entonces, personal de Recursos Hídricos podría llegar a la zona donde se produjo la rotura del bordo por donde el río Salado dejó escapar el agua.