Gordon Brown, el premier británico, dijo que la diplomacia con Argentina "será exitosa". La declaración revela que hay conversaciones entre Londres y Buenos Aires sobre esta nueva escalada por la decisión británica de explorar -y explotar, si hubiere- la existencia de petróleo y gas en el mar adyacente a las Malvinas.
Brown habló al lado del español Rodríguez Zapatero, hoy presidente de la Unión Europea, que mantiene con Gran Bretaña una prolongada disputa por el Peñón de Gilbraltar.
Cristina Kirchner, presidente pro tempore del Mercosur, tiene planeado acelerar la negociación con la UE para un acuerdo comercial. Quiere aprovechar que Rodríguez Zapatero preside la Unión Europea para avanzar, pero hay todavía muchas piedras en el camino. Se describe este contexto para ubicar la delicada tarea diplomática que se debe realizar para mantener equilibrios y, además, defender derechos sin practicar ni aceptar bravuconadas de ningún tipo.
El vicecanciller Tachetti descartó el camino bélico para resolver el diferendo en una declaración que, al intentar bajar la tensión, no aportó más que una verdad de Perogrullo.
Las posiciones maximalistas terminan favoreciendo lo que se quiere evitar. Ni el exabrupto ni la seducción cómplice sirven. Si, en cambio, la defensa de los derechos argentinos en Malvinas, a traves de una diplomacia inteligente.
La plataforma petrolera en las islas es, hoy, un símbolo de la consolidación de la posición británica en las Malvinas y otro gran paso hacia la autonomía política y económica de las islas.
El camino de la diplomacia requiere acuerdos políticos de Estado que fortalezcan una acción persistente que permita intentar sacar el mayor provecho posible de esta situación.
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