Después de elevar al máximo la tensión entre la Argentina y Gran Bretaña al decir que dispuso todo lo necesario para garantizar la “protección” de los habitantes de las islas Malvinas, el primer ministro británico, Gordon Brown, intentó volver sobre sus pasos y calmar los ánimos. “Estamos hablando con los argentinos y creo que la diplomacia será exitosa”, dijo ayer en medio del conflicto por el inicio de la búsqueda de petróleo por parte de empresas británicas a 160 kilómetro de las islas.
Sin embargo, fuentes diplomáticas argentinas negaron cualquier tiempo de negociación. “Hay silencio diplomático”, aseguraron ante Crítica de la Argentina. Entre tanto, la plataforma Ocean Guardian, que hará las perforaciones, ya llegó a las aguas de la discordia.
La apuesta argentina pasa por la intervención de las Naciones Unidas y la difusión internacional del conflicto. El miércoles el canciller Jorge Taiana se entrevistará con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a las 15.30 en la sede de la ONU en Nueva York. Taiana intentará que se inste a Gran Bretaña a sentarse a la mesa de negociación. Después del encuentro, habrá una conferencia de prensa “espontánea” con el objetivo de instalar el asunto en los medios de todo el mundo.
La estrategia del gobierno nacional tiene como uno de sus fundamentos que el ruido mediático ya jugó en contra de la operación petrolera. La escalada de tensión bilateral hizo descender hasta un 20% las acciones de las empresas petroleras que participarán de la perforación. Pero en las islas ratificaron que las tareas siguen adelante y confían en el éxito de la exploración.
Taiana comenzó a buscar consenso entre los cancilleres de América Latina y el Caribe –en la antesala de la cumbre del Grupo Río en Cancún– para darles más fuerza a los reclamos argentinos sobre la discusión de la soberanía.
“La Argentina va a dialogar diplomática y pacíficamente, pero Gran Bretaña debe sentarse a dialogar sobre soberanía para superar esta anacrónica situación colonial”, aseguraron fuentes cercanas al canciller. Otra fuente, con tono de resignación, agregó: “No podemos hacer más que pedir”.
En el entorno de Taiana enfatizan que el Reino Unido “tiene que respetar” las resoluciones de la ONU que indican que entre Gran Bretaña y la Argentina existe una disputa de soberanía y que instan a que las partes negocien un acuerdo. Hasta tanto, indican, debe prevalecer el statu quo: no se puede innovar en materia pesquera ni en exploración petrolera.
El hecho de que Brown haya mostrado primero una postura de confrontación y después hablara de diálogo fue interpretado por parte de la diplomacia argentina como un gesto que responde solamente a cuestiones “domésticas”. Aseguran que primero intentó complacer la postura conservadora –que exigía fortalecer la defensa de Malvinas–, que está ganando terreno en el Reino Unido, y después matizo sus dichos con una declaración dialoguista.
La tensión entre ambos países comenzó a crecer de manera exponencial luego de que, frente al inminente inicio de las exploraciones, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dispuso el martes, por decreto, que todo buque que navegue la zona en disputa debe tener autorización argentina.
“El decreto que acaba de firmar la Presidenta nos muestra el camino correcto. No podemos dejar que se violente periódicamente la normativa de Naciones Unidas si existe una resolución que manda a las partes no innovar”, le dijo a este diario el embajador argentino ante la ONU, Jorge Argüello.
La histórica disputa por las islas Malvinas presenta en este capítulo un importante contenido económico. Las empresas petroleras autorizadas por el gobierno kelper intentarán descubrir si bajo el suelo marítimo hay unos 6.500 millones de barriles de petróleo, que podrían significar 500 mil millones de dólares.
Las más optimistas creen que se podrían encontrar hasta 60 mil millones de barriles. Más que suficiente para transformar el perfil económico y productivo del archipiélago. |
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