En una recorrida que realizó este diario junto al director de Hidráulica municipal, Fernando Arturi, por los arroyos del norte de nuestra ciudad, que son los que más sufrieron la inundación de 2008, comprobó la falta de limpieza y de obras de mantenimiento que muestran los mismos, por lo que los especialistas advierten que podrían volver a desbordar.
En efecto, en la recorrida por los arroyos El Gato, Martín, Rodríguez y Carnaval, este diario recabó que el panorama allí es poco alentador: montañas de basura conviven con poblaciones de totoras y camalotes que angostan el cauce de los arroyos, y hacen más lento el escurrimiento de las aguas hacia el Río de La Plata.
Tanto es así que la comuna envió una carta a la dirección de Hidráulica provincial, para que desde ese área vuelvan a limpiar y dragar los arroyos, con el objetivo de prevenir nuevos anegamientos.
Es que por el fenómeno climático del Niño, y debido a las intensas lluvias que cayeron en la región en lo que va de enero y febrero, La Plata, Berisso y Ensenada fueron incluidas _como informó este diario_ dentro de la situación de "Emergencia Hídrica" que decretó el Ejecutivo en 68 distritos.
Según se informó, los arroyos que se encuentran en la Región deben ser saneados por la dirección provincial de Saneamiento y Obras Públicas, que depende del ministerio de Obras Públicas bonaerense. Mientras que es competencia del municipio, en tanto, la limpieza de los afluentes.
Por eso, desde el Ejecutivo municipal informaron que desde la última inundación, la comuna realiza, a través de cooperativas, los trabajos de mantenimiento de la red pluvial, que consisten en la limpieza y desobstrucción de los sumideros. "Hoy los sumideros están limpios", aseguró Arturi.
FALTAN OBRAS
Es que la falta de mantenimiento de los sumideros, sumada al hecho de que los arroyos no contaban con las obras de limpieza necesarias, hicieron que el 28 de febrero de 2008, luego de una lluvia torrencial _cayeron 90 milímetros en una hora-, los arroyos desbordaran.
Hoy, a casi dos años de aquel drama, los arroyos, que en su momento fueron saneados, están sucios nuevamente, y los vecinos temen volver a sufrir otro episodio de ese tipo (ver aparte).
En la cuenca del Arroyo El Gato, el más importante de la región, debido a que es el receptor de la mayoría de los desagües pluviales de nuestra ciudad, montañas de basura y una excelsa vegetación, dificultan el escurrimiento del agua.
Y a esto se agregan los desechos industriales que arrojan las fábricas, las cuales "pinchan" las cañerías para hacer vuelcos ilegales; y las familias asentadas a la vera del arroyo, que, en general, también arrojan sus desechos allí, pese a haber una normativa que indica que tiene que haber 50 metros de separación entre la población y la vera.
Asimismo, en el Arroyo Rodríguez, que posee una cuenca de 4.225 hectáreas, y atraviesa la localidad de City Bell, la vegetación ganó terreno, y angostó el cauce, justo en una zona donde la inundación de 2008 hizo estragos.
La misma situación se repite en los arroyos Carnaval y Rodríguez, y en el barrio El Rincón, en Villa Elisa, donde hubo familias que perdieron todo.
SECUELAS DE UN DRAMA
El Rincón, un barrio que teme volver a perderlo todo
Los vecinos de esa zona platense aseguran que faltan trabajos de limpieza en el arroyo
"No estábamos preparados", expresa Abel Andrada (47), el almacenero del barrio El Rincón, de Villa Elisa. Y señala una marca de humedad en la pared de su casa, que estos dos años que transcurrieron desde la inundación no pudieron borrar. "Hasta acá llegaba el agua, un metro y medio", indica Abel.
"Esto lo hice todo yo con mi señora. Cuando nos vinimos a vivir al barrio, no había nada, ni corriente eléctrica había", afirma Abel, que en la puerta de su comercio tiene el único teléfono público del barrio. "Cuando vienen a vaciarle las monedas, los técnicos se sorprenden porque lo encuentran en perfecto estado; nunca se rompió", cuenta orgulloso Abel.
Pero la apacible vida de El Rincón, una zona alejada del ruido de la ciudad, con casas construidas muchas veces con materiales alternativas, hogares a leña, largas chimeneas y filas de eucaliptus, se ve conmocionada cada vez que cae sobre la región una lluvia fuerte.
De hecho, con la lluvia de anteayer, a muchos vecinos se les apareció la imagen del drama que vivieron en 2008, cuando las aguas casi taparon por completo el barrio. "Cada vez que llueve, la gente entra al almacén y dice 'bueno, mientras no nos inundemos de nuevo'", asegura Abel.
"Tenemos miedo de que vuelva a pasar, ayer (por anteayer) llovió mucho, y el arroyo no escurre bien, porque está muy sucio", afirma el almacenero. "Está angostito el arroyo", repite Abel.
En la misma línea, la enfermera del barrio, de 46 años, cuenta que las manchas de humedad que dejó el agua "no se van, aunque se pinte", porque vuelve a saltar la pintura. "Viví varios meses entre las paredes húmedas, y encima mi hijo mayor sufre asma, fue un desastre", lamenta la enfermera. Y expresa: "Esto es desgarrador".
El 28 de febrero de 2008, la enfermera vivió un infierno. Estaba de guardia, y no podía regresar a su casa. Pero como conocía la muy bien el barrio, encontró un atajo, y esquivó así a las patrullas de Defensa Civil que le impedían el paso. "Entré por la pileta de las monjas, en la parte de atrás del barrio", recuerda.
"Me sentaba en la cama, y caía agua, me movía, y caía agua, no pudimos dormir. Perdimos los muebles, la computadora, todo", asegura.
Esto la llevó a contratar a un abogado e iniciarle una demanda al Estado. "Mañana se reúne mi marido con el abogado, pero no creo que nos indemnicen, porque la Provincia sostiene que se trató de un fenómeno climático", revela la enfermera.
Y se queja porque, según dice, hay vecinos que tiran la basura al arroyo.
Patricia (36) asegura que tiene miedo de volver a sufrir lo mismo que en 2008. Reclama al municipio obras de zanjeo, pero hasta el momento no obtuvo respuesta.
La inundación destruyó por completo su casa prefabricada. "La tuve que tirar abajo", señala, cabizbaja. "Adentro de la casa era un arroyo", recuerda, y muestra las marcas del agua en las paredes, que parecen transfigurarse en su rostro.
"Perdimos todo, los muebles de conglomerado quedaron inutilizables, lo mismo que los electrodomésticos, el agua me llegaba hasta la rodilla, y tardó varias horas en irse", cuenta Patricia. "Encima estuvimos varios días sin luz", maldice.
Pedido del municipio
Ante el significativo hecho de que están por cumplirse dos años desde la inundación del 28 de febrero de 2008, y teniendo en cuenta que desde esa fecha no se realizan trabajos de limpieza en los arroyos de nuestra ciudad, la Municipalidad de La Plata envió una carta dirigida a la dirección provincial de Saneamiento y Obras Públicas para que se realicen esos trabajos.
"Consideramos que pasados dos años, ya es hora de que se vuelvan a limpiar", afirmaron voceros del municipio.
Desde la Provincia, en tanto, informaron que se finalizó, a través de diferentes consultoras, el estudio integral de las cuencas de los arroyos del Partido, el cual permite conocer la real situación de las cuencas para poder solucionar la problemática hídrica de la región. "Estamos buscando financiamiento", afirmó Daniel Coroli, director provincial de Hidráulica.
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