Con los rayos del sol que volvieron a asomar pasado el mediodía de ayer, comenzó paulatinamente a aliviarse la caótica situación en esta ciudad, luego de los casi 200 milímetros de lluvia caídos en escasas 12 horas entre la noche del viernes y la madrugada del sábado.
Casi media ciudad sin servicio de energía eléctrica, calles y miles de viviendas anegadas, semáforos sin funcionar y más de trescientos evacuados en nueve centros municipales fue el saldo que arrojó este fin de semana el temporal abatido sobre la capital de la provincia, donde —salvando las distancias en cuanto a la magnitud y las causas— se repitieron las negras postales de las inundaciones de 2003 y 2007.
"La acumulación de agua se debe a que llovió mucho y los ríos están altos", explicó el intendente Mario Barletta. Precisamente, el alto nivel de los cursos de agua torna muy difícil el escurrimiento, pese a que las bombas de desagote funcionan a pleno.
Reclamos. Durante la crítica jornada del sábado en algunas zonas de la ciudad protestas de damnificados con piquetes, quema |
|
|