Sabemos que el proceso de acceso al conocimiento tiene distintos caminos combinables. El empirista David Hume nos va a indicar que se conoce a partir de la experiencia. Immanuel Kant va a plantear que se conoce a partir de la experiencia pero que el conocimiento no se agota en la empiria. Las audiencias públicas de los servicios sanitarios convocadas en la provincia de Santa Fe resultan una síntesis de lo teórico y lo empírico. En rigor, resultan un hecho histórico y novedoso. Entre otras cuestiones porque significan un ámbito donde se sintetizan las experiencias de las universidades, las organizaciones de la sociedad civil, de las entidades intermedias y de la ciudadanía en general; y por otra parte tenemos el conocimiento teórico que estos mismos actores poseen.
Etimológicamente las audiencias son el acto donde las autoridades escuchan la exposición del otro (el ciudadano). Ya sea su solicitud o su reclamo. La historia de las audiencias nos revelan regularidades, como puede ser la escucha del otro. Sin la otredad no hay audiencia. Es la existencia de lo distinto y diverso que hace a su sustantividad . Lleva ínsito la discrepancia. Pues, en principio, sino habría diferencias no habría razón para reunirse. Es cierto que en el devenir histórico hubo distintas audiencias. Por ejemplo la Real Audiencia de España en el siglo XIV cumplía una función judicial. Luego surgieron entre otras la Real Audiencia de Charcas y de Buenos Aires. Todas también con funciones judiciales. Que muestran la constante existencia de distintos actores, con distintas opiniones e intereses.
El caso que me interesa resaltar son las audiencias de los servicios públicos, que también contienen personas con distintos intereses, visiones y opiniones. Estas reuniones significan una suerte de control ciudadano sobre la res pública (la cosa pública). Es sobre fines del siglo XX que en nuestro país se empiezan a instituir reuniones sobre los servicios. Así, la normología del agua, el gas natural y la electricidad a nivel nacional las tienen previstas. Lo mismo sucede con el servicio telefónico básico. Las audiencias tratan generalmente sobre tres temas: replanteo tarifario (aumentos), calidad y condiciones del servicio y desarrollo estratégico del mismo. Sus dictámenes no son obligatorios, pero sí legitimantes. Pero ¿se puede gestionar públicamente sola y exclusivamente desde la obligación al ciudadano? o ¿se requiere de la legitimidad de los consensos que hacen al pacto social de convivencia? Un Estado comulga con la nueva modernidad cuando empieza a dejar antiguas prácticas, aún legales, pero que están distanciadas de las necesidades veloces, concretas e inmediatas de la gente. Y empieza dentro de la legalidad a construir nuevas prácticas, como ahora en Santa Fe con las convocadas audiencias públicas por los servicios sanitarios. La Constitución Nacional de 1994, en su artículo 42, apunta teleológicamente a una participación más directa de parte del usuario. Rescata de la anonimidad al ciudadano, para que cumpla la función de protagonista.
En la historia de los servicios públicos de la provincia de Santa Fe no se registran audiencias públicas que estuvieran organizadas y convocadas de tal modo que todos pudieran participar. En tal sentido, en el pasado no se puede detectar reuniones sistémicas . Sí hubo reuniones asistémicas en distintos municipios y comunas. Por lo tanto, esta es la primera vez que la provincia convoca a audiencias abiertas a toda la ciudadanía.
Muchas asociaciones libres de la comunidad organizada, como la Asamblea por los Derechos Sociales (ADS), vienen desde 1994 luchando para que el Estado convoque a audiencias por los servicios provinciales de agua y electricidad. Luego de muchos años de gestión ciudadana se logró el objetivo. Por eso es importante destacar el importante paso dado
por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) al convocar a estas asambleas. Esto significa el inicio de una nueva estatalidad.
Es imposible abordar la nueva modernidad sin dejar atrás vetustas prácticas estaduales. Es contumaz pensar en el siglo XXI con una mentalidad decimonónica. Como creer que toda representación in totum del ciudadano se agota en los partidos políticos. Los partidos son instituciones importantes, pero no abarcan la totalidad de la participación y de la representación ciudadana. De nuestra contemporaneidad surge palmariamente distintos niveles de representación y participación. Así, para continuar este camino iniciado sería interesante que hubiera un representante de los usuarios en el directorio del Enress y en la dirección de la empresa Assa.
Las audiencias son espacios importantes que ponen en consideración ante el Estado la diversidad de opiniones, necesidades, ideologías y libertades. La libertad es para el que opina distinto. No se necesita de la libertad para opinar igual. Ni tampoco de audiencias para escucharse a uno mismo. Recordemos lo que decía Hegel: en el todo está la verdad.
(*) Doctor en ciencias jurídicas y sociales
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