Algunas familias abandonaron sus casas en forma preventiva y se fueron a lugares más altos o hacia otras localidades cercanas
En los primeros minutos de la madrugada del domingo las aguas del Pilcomayo sobrepasaron uno de los anillos de defensa que protege a la localidad de El Potrillo, en el extremo oeste de la provincia. Maquinarias de Vialidad Nacional se encuentran trabajando intensamente en el lugar a fin de restaurar las defensas dañadas y evitar así el avance de las aguas.
Familiares de pobladores de El Potrillo se contactaron con La Mañana para informar sobre la preocupante situación que se vive por estas horas en la zona debido al pico de crecida que registra el Pilcomayo y cuyas aguas avanzan hacia la población de El Potrillo.
Hasta el momento, fueron evacuadas unas cinco familias que habitan en el paraje La Tigra, el cual ya fue cubierto totalmente por las aguas. Algunos pobladores de El Potrillo están dejando sus casas por decisión propia como medida preventiva, un grupo se trasladó al barrio El Palmar y otro al barrio El Favorito, ubicado fuera de El Potrillo, mientras que hay quienes permanecen en sus viviendas a la expectativa de lo que pueda suceder en las próximas horas.
“Los que tienen en qué irse ya se están yendo hacia Juárez o para El Chorro (General Mosconi)”, dijo a La Mañana Gregorio Rojas, un poblador del lugar a través de un contacto telefónico.
“Hoy (por ayer) por la mañana hubo temor de que las aguas llegaran hasta el hospital del pueblo, ya que estaban muy próximas a este lugar, por lo que en un primer momento se pensó en una evacuación de pacientes pero, con el transcurso de las horas y al ver que el agua desviaba su curso, dicha evacuación quedó postergada, por el momento. Habrá que ver qué pasa en las próximas horas, todo va a depender de los trabajos que puedan realizarse en las defensas, las cuales quedaron muy dañadas por la crecida”, señaló Rojas.
Trabajos
Hasta últimas horas de ayer, operarios con maquinarias trabajaban intensamente en la zona para lograr restaurar las defensas que fueron dañadas por la fuerza del agua y evitar que ésta avance hasta el pueblo de El Potrillo.
Un importante despliegue de máquinas viales y recursos humanos se encontraban abocados a contener la filtración que se produjo en un sector de las defensas de la localidad de El Potrillo y por donde ingresaban importantes volúmenes de agua del crecido río Pilcomayo que amenazaban a zonas pobladas de la comunidad.
De acuerdo a los datos aportados por técnicos y lugareños, poco después de la medianoche del sábado comenzó a ceder un sector del anillo defensivo antiguo y consolidado, justamente en un punto donde se encuentra una vieja exclusa. Se estima que los grandes árboles y troncos que arrastra el curso del Pilcomayo, que en esta época escurre con volúmenes importantes y registra picos de crecida superlativos periódicamente, terminó socavando esa área, en principio con un par de metros, aunque a las pocas horas terminó “abriendo” una brecha mayor a los diez metros por donde ingresaba grandes volúmenes de agua.
Tener en la zona máquinas y personal de la DPV, contribuyó a que en forma inmediata se dispusiera manos a la obra en terreno para reparar las defensas. Del mismo modo, se asistió a cuatro familias de criollos y unas catorce de aborígenes chulupies provenientes del Paraguay que se encontraban asentados en las inmediaciones, para que pudieran reubicarse en terrenos más elevados.
“Se están ejecutando con las máquinas viales dos anillos, uno de alrededor de tres kilómetros y otro de un kilómetro y medio, y confiamos en que si el tiempo ayuda (había negros nubarrones que amenazaban con lluvias ayer por la tarde en toda la zona) y el caudal del Pilcomayo se mantiene como hasta ahora con una leve baja, poder reparar la defensa para mañana (por hoy lunes), y superar la contingencia”, explicó optimista el diputado provincial Roberto Vizcaíno que estaba en el lugar.
Subrayó asimismo la premura con la que se actuó ante la coyuntura que se presentó, la cual realmente no se esperaba dado que las correderas y las defensas consolidadas y otras construidas a nuevo, estaban respondiendo muy bien, aunque advirtió que el errático río Pilcomayo y sus caudales de importancia en esta época del año, siempre pueden producir situaciones no queridas, que insistió, confiaba en superar pronto, para lo cual “hay una coordinación y organización en diferentes estamentos del Estado y con conocimiento comunitario”.
Se explicó que los trabajos proyectados en la zona había sido terminados en tiempo y forma tiempo atrás y antes que se verifiquen las crecidas, algo que se hace necesario anualmente debido a que la sección del cauce del río es incapaz de conducir en algunos sectores caudales superiores a los 300 metros cúbicos por segundo, y que el agua transporta una carga de sedimentos estimada en 90 millones de toneladas anuales en promedio, que se depositan en su cauce y en ambas márgenes.
Todo esto hace que exista una permanente sobre-elevación del lecho del río y de sus márgenes, causando desbordes y una divagación del cauce, además de destrucción de taludes, incluso se advierte que numerosos bañados, esteros y lagunas, así como cauces que existieron en una época, han desaparecido como consecuencia de la renovación y acumulación de sedimentos.
El agua escurre por un sistema de correderas principales ejecutado y reacondicionado entre los años 2005 al 2008, algunas de las cuales fueron ampliadas en su capacidad de conducción y otras que sufrieron el proceso de sedimentación, resultaron ensanchadas, además de generarse nuevas líneas de escurrimiento aprovechando la pendiente natural del terreno.
Justamente las obras mejoraron la capacidad de conducción del sistema de correderas fluviales en la zona donde mayor sedimentación se ha producido en el anterior periodo de crecida.
También comprendieron trabajos específicos en varios sub-tramos donde el año pasado se ejecutaron tareas de emergencia, con el objetivo final de disponer de una línea de escurrimiento principal entre la corredera existente denominada El Reventado hasta la altura del Puerto Moreno, con lo cual se tiene consolidado un sistema de más de 32 kilómetros de longitud total.
Por otra parte, también se ejecutaron trabajos de las defensas contra inundaciones en las franjas que van desde El Silencio-La Brea y El Quebracho-Pescado Negro, consistente en un terraplén de contención de los desbordes provenientes del sistema de correderas en la zona de divagación, aguas debajo de la localidad de El Potrillo.
Otros anillos protegen a las comunidades de Vaca Perdida y La Rinconada, además de la red de caminos vecinales de la zona, la cual se encuentra en la región de riesgo de inundarse.
Los trabajos incluyeron recrecimiento de defensas como la de El Potrillo-Palmar Largo en los sectores más críticos. |
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