Desde hace un poco más de un mes, el Valle del Cauca cuenta con la Mesa del Agua, un programa de cuidado ambiental liderado por los cultivadores de caña, los ingenios azucareros y el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar, Cenicaña.
Se trata de un proyecto que trabaja por el uso racional del agua en los cultivos que se expanden por la parte plana del valle geográfico del río Cauca y para lo cual ya se ha iniciado un proceso de sensibilización con el personal involucrado con las tareas de riego.
Claudia Calero, directora del Área de Gestión Social y Ambiental de Asocaña, explica que en convenio con el Sena, este año se van a capacitar 650 regadores de la región. Pero el objetivo es llegar a unas 3.000 personas. “Esta iniciativa le da continuidad a Agua Por la Vida, otro programa que ya se viene desarrollando y que trabaja en las cuencas hidrográficas, pero ahora queremos proteger el agua en todo el proceso de cultivo”, dice Calero.
Por su parte, Álvaro Amaya, director de Cenicaña, explica que desde hace muchos años esta entidad se ha concentrado en crear mecanismos que permitan controlar, tanto el exceso como el déficit de agua en el desempeño de los cultivos. “La investigación y la adopción de tecnologías nos han permitido ahorrar el 50% del agua que se usaba para riegos hace quince años”, explica.
Según cálculos del sector, de los costos de producción del campo, el agua (los riegos) tiene entre el 40% y el 60% de participación, por eso en este momento, se esta desarrollando una técnica de riego con caudal reducido que será más económica para los agricultores y utilizará menos agua que los métodos tradicionales y que se espera empiece a ser usada en muchas hectáreas de sembrados.
“Todos los involucrados en esta industria azucarera están muy comprometidos en usar tecnologías más eficientes. Por ejemplo, en el 83% del área de los ingenios ya se está usando el balance hídrico, que es una tecnología para conocer la demanda de agua del cultivo y la cantidad de líquido que hay disponible en el campo y poder calcular los recursos para aplicar en el cultivo”, anota Amaya
Gerardo Villalobos, cultivador de caña de azúcar, asegura que los cultivadores están muy dispuestos. “A todos les gusta que los capaciten y poder mejorar las condiciones de su cultivo. La caña tiene los mejores desarrollos en investigación y eso debe aprovecharse mucho mejor”.
El control del líquido vital también llega a las fábricas, lo que ha permitido que estas industrias sean las que menos carga orgánica vierten en el río Cauca. Además, desde el año pasado se adelantan trabajos con la Universidad del Valle para mejorar los sistemas de tratamiento de agua y ahora los vertimientos de las fábricas se usan para riego.
Otros sectores
Cenicaña también trabaja en un medidor de caudales continuo que puede ser aplicados en diversos cultivos y por medio del cual se controla el agua que se usa en los cultivos. “El prototipo ya está listo y será mucho más barato que los medidores que hay en el mercado. La CVC ya está realizando los estudios para su implementación y así empezar a producirlo en serie”, explica Álvaro Amaya.
Por su parte, Claudia Calero dice que actualmente están invitando al sector panelero para transferencia de estas tecnologías y de esta manera poder empezar a integrar a los otros gremios del agro en esta tendencia de cuidado del agua.
Mayor cobertura
La Mesa del Agua no cuenta con un fondo económico establecido, pues se cuenta con las investigaciones de Cenicaña y el convenio con el Sena para las capacitaciones.
Además, cada parte de la cadena es quien se encarga de implementar los métodos para hacer más eficiente su uso del agua. La meta es involucrar a los 1.600 cultivadores de la región. |
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