Bajo el sol, la humedad y el calor sofocantes del Caribe mexicano, la presidenta Cristina Kirchner lanzó durísimos ataques a Gran Bretaña y celebró el apoyo de los 33 países de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe (CALC) al reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas y a la protesta del Gobierno por la exploración hidrocarburífera que dispuso el Reino Unido de manera unilateral. De hecho, ayer comenzó a trabajar la plataforma Ocean Guardian, instalada en aguas que circundan a las islas.
En rigor, las dos declaraciones de los países de la región se firmarán sólo hoy, pero ayer fueron acordadas por los presidentes y por unanimidad, confiaron a LA NACION fuentes del gobierno argentino. No obstante, Cristina Kirchner emprendió anoche el regreso a Buenos Aires. Previamente, afirmó que insistirá en el reclamo por las Malvinas y se lamentó del "comportamiento de las grandes potencias que incumplen sistemáticamente las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU), pero las imponen a otros países cuando afectan sus intereses". La Presidenta había argumentado de manera idéntica, por la mañana, en su discurso ante el plenario de la cumbre, reunida en el lujoso Hotel Grand Velas, a la vera de las tórridas playas de la Riviera Maya, custodiados por un operativo de seguridad que mantuvo a la prensa a más de dos kilómetros de distancia.
Consultada por LA NACION sobre el valor del respaldo, Cristina Kirchner señaló que "el componente más importante, además de la soberanía, es el de los recursos naturales, que abre para toda la región un desafío muy importante". Y agregó: "Yo sostengo que en el siglo XXI el desafío va a ser el manejo de los recursos naturales renovables y no renovables, como el petróleo".
En su intervención, la jefa del Estado se dirigió con gratitud a los países miembros. "Agradezco en nombre de nuestro gobierno, de mi pueblo y de todas las fuerzas políticas el apoyo que este encuentro ha dado a nuestro reclamo, que es un ejercicio de autodefensa de todos nosotros", dijo al terminar su alocución de 20 minutos.
Agenda positiva
El apoyo de este nuevo bloque, que reúne a todos los países americanos, excepto los Estados Unidos y Canadá, le resultó oportuno a la Presidenta para intentar imponer una agenda oficial positiva. Y para buscar cohesión de sectores de la opinión pública, en medio de un contexto político y económico interno más que difícil para la Casa Rosada.
El presidente de México, Felipe Calderón, explicó los alcances de los dos documentos de respaldo a la Argentina. El primero, dijo, es una declaración que "refirma su respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía". Considera en disputa "los espacios marítimos circundantes" y subraya las reiteradas resoluciones del Comité de Descolonización de la ONU que instaron a ambas partes a sentarse a negociar sobre la soberanía.
El segundo texto, precisó, es un Comunicado Especial sobre la Exploración Hidrocarburífera, que subraya otra resolución de la ONU, invocada por la Argentina, en la que se "insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que modifiquen en forma unilateral la situación mientras las islas estén atravesando el proceso recomendado por la ONU (es decir, sentarse a negociar la soberanía)".
En su discurso, Cristina Kirchner ratificó que la Argentina "va a persistir, con vocación democrática y de pleno respeto al derecho internacional, en su reclamo" y adelantó que "adoptará, en el marco de su derecho nacional, todas las disposiciones y todas las resoluciones que tiendan a reafirmar nuestra soberanía".
Ante la prensa, negó que evalúe bloqueos a las islas o "medidas que violen con el derecho internacional". "Lo único que no se puede hacer con un caníbal es comérselo", dijo.
Consultada por LA NACION, Cristina Kirchner señaló que "lo importante es haber logrado un apoyo muy fuerte a la legitimidad de nuestros reclamos y al rechazo a la nueva actividad petrolera a partir de la nueva plataforma que se ha instalado".
El Gobierno había manifestado su protesta formal ante el Reino Unido y prohibió la navegación de buques a las Malvinas sin autorización argentina.
En apoyo de la Argentina, en el plenario, se manifestaron explícitamente los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Michelle Bachelet, de Chile; Evo Morales, de Bolivia, y Hugo Chávez, de Venezuela, entre otros gobernantes de la región.
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