“Apenas vi que el agua entraba en mi casa, sentí la misma desesperación que hace un año, cuando nos azotó el alud. Esta vez no pensé en nada: salí corriendo descalza y me fui con lo puesto, pero volví a perderlo todo”, describió Marta, una habitante de la ciudad salteña de Tartagal, quien debió ser evacuada de la nueva vivienda que le había entregado el gobierno provincial. Algo más de un año después de la tragedia, una inundación volvió a dejar en la calle a 120 personas.
“Hice dos cuadras con mis dos nietos en brazos, que apenas tienen seis meses. El agua me llegaba a la cintura. Nos estábamos reponiendo del golpe que fue el alud y ahora no sabemos qué queda de nuestro nuevo hogar. Las autoridades se preocupan por darnos un colchón, pero esto es indigno”, subrayó Marta, hospedada en el gimnasio del municipio, uno de los lugares designados para los vecinos evacuados.
La lluvia empezó el martes cerca de las seis de la tarde. En tres horas cayeron 65 milímetros de agua, provocando anegamiento de calles y la inundación del Barrio Santa María 2, que lleva ese nombre por ser el sucesor del Barrio Santa María, que había quedado en ruinas por el alud. En varias zonas, el barro dejó vehículos inmovilizados con las ruedas enterradas en el lodo. Las precipitaciones insistieron ayer, aunque con menor intensidad, y el Servicio Meteorológico anticipó el mismo escenario para la mañana de hoy.
“La gente está muy angustiada. Hubo 30 familias damnificadas en el Barrio Santa María, algunas se autoevacuaron y otras fueron rescatadas por personal de Gendarmería. También había más de diez familias evacuadas de barrios vecinos”, describió a este diario Vanesa Sánchez, periodista del Diario de Tartagal, quien acostumbra visitar desde hace meses la zona afectada. “No puedo creer que las autoridades no hayan podido prever este desastre mientras los vecinos vienen advirtiendo este escenario desde que se mudaron”, reclamó la periodista.
Raúl González, secretario de la Municipalidad de Tartagal, subrayó la colaboración de Cáritas en la contención a los evacuados y aseguró que el intendente Sergio Leavy dispuso que todos los servicios de obras públicas se dedicaran a aliviar el panorama. Consultado sobre la poca previsión municipal, González argumentó: “Al intendente le ataron las manos con eso del juicio político. Muchas cosas se han frenado porque tuvo que ocuparse de eso”, dijo en referencia a la destitución de Leavy que ahora está en manos de la Corte Suprema salteña.
Personal de Defensa Civil salteña precisó que, además de Santa María, también se vieron afectados los barrios San Antonio, Tomás Ryan, Tomás Sánchez, Judicial y TGN, lo que representaría un total de 128 viviendas con distintos niveles de inundación. Dos semanas atrás, el titular de Defensa Civil de la provincia, Lucio Ganami, había advertido a Crítica de la Argentina que el territorio estaba sufriendo una sequía, por lo que no podía confirmar la efectividad de las obras que se estaban concretando para prevenir el desastre. “Hay que ver qué pasa cuando lleguen las lluvias”, había acertado Ganami.
“Los problemas registrados en la ciudad, especialmente en el barrio Santa María, no se debieron al desborde del río Tartagal, sino que el agua provino de una quebrada cercana. La canalización, el control de erosión y la construcción de murallones permitieron la perfecta evacuación del agua”, aseguró el secretario de Obras Públicas, Juan Carlos Galarza, después de sobrevolar la zona junto al secretario de Recursos Hídricos, la presidenta del Instituto Provincial de Vivienda y el intendente.
En el mismo sentido, fuentes policiales afirmaron que las obras ejecutadas durante el último año en la orilla del río soportaron el embate de la lluvia sin que se produjeran desbordes en el lecho. Las autoridades municipales ordenaron reforzar la vigilancia de las dependencias de rescate mientras continuara el alerta por lluvias en el norte provincial.
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