Las comisiones vecinales de Cuarteles, Antonini, Mitre, Belgrano y La Delfina se han reunido para pelear por un objetivo en común: el entubado del arroyo Antoñico, en el tramo que está entre calles General Espejo y Avenida Ejército, detrás del Ferrocarril. De Espejo hacia el este está entubado unos metros y de Ejército hacia el oeste otro sector.
Los vecinos de barrios que bordean el Antoñico han decidido impulsar el entubado del tramo que corre detrás del Ferrocarril, pues no ven otra solución a los padecimientos que les provoca el arroyo en las condiciones en que está, por la basura, por la maleza, por el agua contaminada. La propuesta es que la obra se haga mientras se ejecuta el Promeba (Programa de Mejoramiento Barrial), que está trabajando en barrios La Delfina, Belgrano y Mitre, a lo largo de Avenida Pronunciamiento. Creen que el entubado les dará un acabado importante a las obras de infraestructura urbana —asfalto, cloacas, veredas, iluminación, desagües— que ejecuta el programa y permitirá conectar estos barrios, hasta ahora postergados, con sus vecinos Antonini y Cuarteles.
En noviembre, los dirigentes vecinales se reunieron con el ex secretario de Planificación, Tomás Arias; después asistieron a una audiencia con el intendente José Carlos Halle. “El Intendente se comprometió a gestionar el dinero para la obra, que fue adjudicada durante el gobierno de Julio Solanas”, recordaron. “Sabemos que inclusive habló del tema, junto con el Gobernador, en Buenos Aires. Nos dicen ya está, está al salir, pero lo que necesitamos es una fecha de inicio”, confiaron los vecinalistas a EL DIARIO.
DEMANDA. La demanda de los vecinos es continua y los vecinalistas ya no saben qué contestar. “La palabra oficial, el Intendente que no nos la diga a nosotros, que se lo diga a los barrios, a la gente, en la televisión, en la radio, con un comunicado especial. Que él le diga a la gente, porque hay tanto descreimiento que hasta que no vieron el Promeba, que las máquinas andaban agujereando ahí, la gente no creyó”, dijo el prosecretario de la vecinal Belgrano, Marcelo Albornoz. “Ya queremos la palabra oficial del señor Intendente, para cuándo: dentro de un mes, dos meses, ocho meses, no importa; pero que él lo diga, que la gente de nuestro barrio lo escuche de la boca de él. Porque es constante, continua, la demanda, es impresionante la desesperación de la gente”, contó Albornoz. “Estamos cansados de que nos digan que mañana, que falta un papel, que esto, que lo otro, queremos una solución rápida. Nosotros damos la cara y estamos cansados de mentir. Mentimos por boca de otro, se entiende”, confió a su vez Carlos Vivas, de la vecinal Cuarteles.
“Se nos dijo que en seguida comenzaría el entubado de La Santiagueña y luego se haría el Antoñico. Lo que sucede es que después de tantos años, ni a mí me creen: el ya sale, y está al salir lo oímos desde hace mucho tiempo”, comentó Sandra Guevara, presidenta de la vecinal Bartolomé Mitre. Y aclaró: “Nosotros nos juntamos no para ponernos en contra del Municipio sino para que juntos, con el Municipio y con la Provincia, trabajemos en Nación para que esta obra salga inmediatamente, y que se comprenda de una vez por todas que debe salir. Uno escucha muchas opiniones por ahí, pero nadie más que nosotros, que vivimos acá, sabemos lo que es estar al lado del arroyo”, sostuvo en referencia a urbanistas y ecologistas que se oponen al entubado.
“El tema es la fecha”, insistió entonces el presidente de la vecinal La Delfina. “No creemos que el Intendente nos va a mentir. Asumió el compromiso: nos consta que fue a hablar a Buenos Aires por el tema de los arroyos. Hay que saber la fecha nada más, ése es el eje central”, dijo.
BASURA. “Donde empieza el entubado (en Avenida Ejército y Galán) termina toda la mugre, hasta cocinas y heladeras hemos encontrado. Allá arriba, en Espejo, hay vecinos que viven del cirujeo y lo que no les sirve lo tiran al arroyo. Cuado llueve se viene todo para acá. Y además hay gente que no hace ese trabajo pero también tiene la costumbre de revolear la bolsita al arroyo”, señaló Vivas. “Los arroyos son basurales, aun cuando el servicio de recolección funciona sin inconvenientes. Viene gente de todos lados a tirar basura acá, vienen en autos, en camionetas, en carritos. Lo que busqués tiran, es impresionante: de noche, en verano, cuando cenamos en el patio (que da al arroyo), escuchamos cómo caen los bultos desde el puente”, contó. “Hasta pollos echados a perder han tirado, no sabemos de dónde, ni de quién; también restos de carnicerías; se tira y se pudre, y no es de los vecinos. Acá vienen de todos lados”, diferenció Guevara, de vecinal Mitre. “Muchas veces la gente le paga al carrito para que saque la basura: dicen que van al Volcadero y no es cierto, muchos vienen y la tiran acá y sobre Pronunciamiento. Es constante y todo va sumando malestar”, señaló. “Esto hay que solucionarlo, el cruce desde La Delfina a barrio Antonini es intransitable, por el olor, la mugre. Los chicos pasan por ahí y es peligroso. Hay que entubarlo lo antes posible”, finalizó diciendo Estela López, de vecinal Antonini.
Para destacar
Sin fondos. Los fondos para el entubado de arroyos en Paraná los comprometió la Nación a mediados de 2006, cuando gobernaba Néstor Kirchner. Eran 20 millones de pesos en subsidios para La Santiagüeña (último tramo), el Colorado (entre Don Bosco y Almirante Brown) y Antoñico. Todas las obras se licitaron y adjudicaron pero el dinero nunca llegó. Las empresas adjudicatarias eran Cemyc, De Martín y Losi. El financiamiento se tramitó ante la Secretaría de Recursos Hídricos de la Nación y el propio secretario en persona vino a Paraná a anunciar las obras en un acto que se realizó en el Teatro 3 de Febrero.
Observaciones sobre las obras
Durante la conversación con EL DIARIO, los vecinos hicieron referencia a la posición de urbanistas y ecologistas que sostienen que entubar los arroyos empeora muchas veces la situación de la zona. Así, en una charla que organizó el área de Educación Ambiental de la Municipalidad de Paraná, la especialista Cristina Martínez puso el ejemplo del arroyo Concordia, contaminado con basura. “La mayoría de los vecinos votó a favor del entubamiento. A quienes vivían en las márgenes se les ampliarían las propiedades, y en el terreno que surgiría luego del entubado se levantarían edificios públicos, biblioteca, centro de salud”, narró. Pero “no se consideraron los efectos a largo plazo. El arroyo desemboca en el río Uruguay, que está represado, con lo cual las bajantes y las crecidas no son naturales sino que están reguladas por el hombre. Los taponamientos con basura y el incremento del caudal del arroyo provocaron primero rajaduras en las casas y luego inundación de las viviendas a varias cuadras a la redonda”, contó. Por eso, “cuando se proyecta un entubado, hay que tener en cuenta que vamos hacia un clima subtropical, con más lluvias y hay que preguntarse si el diámetro del tubo va a estar preparado para el caudal de agua que tendrá en ese momento. En esta situación el agua no se evapora”. Por otro lado, “hoy, en el mundo, el entubado se considera daño al ambiente. Entubar es como tirar la basura debajo de la alfombra”, concluyó. Pero los vecinos que asistieron a la charla ratificaron su decisión de impulsar la obra, por considerar que “en esta ciudad, con estos hábitos, lo único que nos queda es entubar”.
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