Más de 1.500 familias de las comunidades cercanas a las diferentes represas que abastecen del líquido vital a la ciudad, carecen de agua potable, tal como lo evidenció EL DIARIO en un recorrido por los sectores.
La Constitución Política del Estado, en el capítulo 2 artículo 20 señala que “Toda persona tiene derecho al acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones”, sin embargo aún existen sectores del municipio, donde el agua por cañería es consumida cual si fuera potable, causando daños a la salud de sus pobladores.
CHUQUIAGUILLO
En la zona de Chuquiaguillo, a pocos minutos del centro paceño, existe preocupación por la calidad del agua que se consume, ya que la vertiente de la cual se capta el recurso, está contaminada, a simple vista se nota un color turbio además de algunos desechos.
Lo único que tienen estas comunidades son estanques para acumular agua de las vertientes para luego distribuirlas sin tratamiento alguno a través de cañerías que las llevan hasta los domicilios o piletas públicas.
En los sectores de Lorocota, Carpani, Palcoma, Hampaturi Chico, Chuquiaguillo, entre otras, los pobladores se encuentran altamente preocupados ya que desde hace varios años insisten infructuosamente en recibir los servicios de Epsas.
OPINIÓN DE LOS VECINOS
Genaro Condori Mamani, dirigente de la Central Obrera Regional Unida Palca, aseveró “soy comunario del Ayllu Lupaca, aquí están las represas de agua de Salla Pata (Hampaturi) y Ajuancota, la primera se creó en 1945 y desde esa fecha las comunidades no contamos con agua potable pese a los reiterados reclamos, firma de convenios, sin embargo las empresas constructoras han afectado el ecosistema, han ido afectando las cabañas, por lo tanto no nos trae ningún desarrollo”, advirtió.
Agregó que “existen varios problemas de salud ya que hubo muchas muertes extrañas por diarreas, consumimos agua de los pozos, de las vertientes, de los ríos y eso no es potable. No tenemos la costumbre de hervir el agua antes de beberla o hacer procesos de potabilización, nuestros ancestros no tenían el cuidado del agua porque no había contaminación atmosférica como ahora, por lo que no era necesario hervir el agua”, indicó.
Justino Mamani Valencia, secretario general de Lorocota, lamentó “aquí no tenemos agua potable, estamos tomando agua de vertiente, hemos hecho una solicitud a Epsas, nos han aceptado hace un año y hasta ahora no hacen nada”, dijo.
“Pese a que estamos a un paso de la represa de Incachaca que abastese a gran parte de la ciudad, nosotros no estamos consumiendo agua potable, tenemos captaciones clandestinas de vertientes, hemos reclamado a Epsas para que hagan un proyecto para que de Incachaca vaya a Villa Fátima, Chuquiaguillo para que tengamos agua potable y seamos consumidores de Epsas, ya que el agua que tomamos es con gusanos, hierbas que vienen de las vertientes y desde hace tiempo hemos luchado, pero hasta ahora no tenemos los resultados”, advirtió Juan Mamani, secretario general de la comunidad Chuquiaguillo II.
Filomena Colque, vecina de la zona de Chuquiaguillo aclaró que en época seca, el abastecimiento es una vez por semana lo cual en muchos casos no es suficiente.
VERSIÓN DE EPSAS
Consultado sobre el tema, Jorge Zotéz, gerente técnico de Epsas aseveró que esta institución no tiene competencia de llegar con el servicio a las áreas rurales.
Aclaró que en lugares como Lorocota, que están próximos a las represas, contrataron consultores para realizar diseños de proyectos de agua potable, los mismos que fueron enviados al Ministerio de Medio Ambiente y Agua para su implementación.
Sobre Chuquiaguillo explicó que en este momento está fuera de un área técnicamente factible, sin embargo están trabajando en un nuevo sistema de agua potable, el mismo que se encuentra en la última etapa de ejecución administrativa.
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