Al menos 52 muertos, un millón de casas sin electricidad y vientos de 150 kilómetros por hora ha dejado la brutal tormenta Xyntia en su paso por Francia, luego de atravesar violentamente las Islas Canarias, España y Portugal. Anoche el temporal hacía estragos en Alemania. La mayoría de las víctimas se registró en suelo francés y han muerto ahogadas, electrocutadas o por haber sido golpeadas por mampostería de edificios o árboles que se han caído. Hay una docena de personas desaparecidas y un centenar de heridos por la tempestad, que produjo inundaciones en el litoral marítimo galo y grandes daños.
El primer ministro François Fillon habló de "catástrofe natural", cuyo verdadero alcance sólo se conocerá "en las próximas 48 horas". Un centenar de vuelos de Air France fueron suspendidos y hubo perturbaciones ferroviarias en el este de Francia.
Xynthia, la tempestad más violenta y mortal después de la tormenta de 1999, arrasó con fuerza los departamentos de Vendee, Charente Maritime, Vienne y Deux Sevres con ráfagas de viento de entre 120 y 150 km por hora en la zona marítima. El fenómeno atravesó la region de Ille de France a la mañana para dirigirse luego a Bélgica y Alemania.
Los vientos en el tope de la torre Eiffel en París llegaron a 175 km por hora ayer a la mañana. La ciudad era un desierto. Todo volaba peligrosamente: los tachos de basura, las macetas y trozos de mampostería de edificios en construcción. La responsable de esta inusual tormenta es la jet stream, una corriente atmosférica, que ha bajado más al sur de lo que normalmente se encuentra. Las depresiones que ella produce se extienden a lo largo de Irlanda del Norte, Gran Bretaña y hasta Bretaña pero nunca al sur de Portugal o Galicia, como ha sucedió ahora.
Vientos huracanados, inundaciones en las costas y cientos de edificios destruidos son parte de las primeras estimaciones. En Vendee 5 personas se ahogaron. Un jubilado murió en su jardín golpeado por un objeto que volaba en Saintes y un chico de 10 años murió de un paro cardíaco.
El ministro de Transporte, Dominique Bussereau, que representa a Charente Maritime, sobrevoló el área y describió atónito: "El océano entró en los campos y en las ciudades. Yo vivo aquí hace más de 30 años y aun en 1999, jamás vi un fenómeno de tal naturaleza".
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