El fenómeno climático de El Niño alejó las lluvias en los meses de julio a setiembre del 2009, período clave del ciclo productivo en el llamado Corredor Seco Centroamericano, que abarca el este de Guatemala, el norte de Nicaragua y el centro-sur de Honduras.
Si bien allí las pérdidas no fueron generalizadas, estas sí golpearon a los pequeños campesinos que dependen enteramente de sus cosechas para alimentarse.
Reportes de prensa y visitas de campo, por parte de entidades humanitarias y públicas de cada país, señalan que las pérdidas de maíz, sorgo y frijol (granos básicos en la dieta de las familias) van del 50 al 100%. Así, las familias no pudieron acopiar suficientes granos, lo que agudiza la amenaza.
Los productores suelen consumir el maíz y vender el frijol, pero, por la baja producción, los observadores creen que las reservas durarán solo unos días e incluso las semillas para la siembra del 2010 ya se consumieron y tampoco hay dinero para comprar más.
Se calcula que en el Corredor Seco un millón de hogares vive de la agricultura de subsistencia (siembra en parcela para consumo familiar) según la organización humanitaria Acción Contra el Hambre Internacional (ACF).
En este sentido, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) advirtió, en diciembre, que la hambruna amenaza a dos millones de personas, de ellas 110.000 niños en Guatemala y en el sur de Honduras.
En Guatemala, la alimentación de 410.000 familias hoy está en duda, mientras otras 54.000 ya padecen problemas de hambre y 400.000 podrían sumarse este año según datos oficiales. La falta de alimento allí cobró la vida de 462 personas (54 niños entre ellos) en el 2009.
En el olvido. Estas comunidades del Corredor Seco, donde es impensable la oferta de bienes de un supermercado o abastecedor (o el dinero para ello), las grandes desigualdades y marginación evidencian también problemas estructurales crónicos que dejan a estas poblaciones sin ninguna capacidad de respuesta u otros medios para subsistir.
“Tenemos que tener en claro que la problemática alimentaria tiene varias causas: hay poca disponibilidad de alimentos, las familias no tienen dinero para comprarlos y existen factores como los bajos niveles de educación y cobertura en salud”, explicó Darío Álvarez, asesor en desastres de OCHA.
A lo anterior se suman las frágiles condiciones de vida en zonas de producción de granos básicos como Quiché (Guatemala), Choluteca, Morazán y Valle (Honduras) y Nueva Segocia, Estelí y Madriz (Nicaragua) los departamentos más perjudicados por la sequía actual.
Las condiciones incluyen áreas de siembra reducidas, escasez de insumos productivos (como semillas), terrenos en pendiente, bajo ingreso por la labranza y la dependencia a las lluvias. Otras voces suman también al problema la desatención oficial e improvisación.
Bayardo Izabá, director del Centro Nicaraguense de Derechos Humanos, tiene gran desconfianza del plan de emergencia contra la sequía que anunció el gobierno de Daniel Ortega el viernes 19.
“El plan que anunció Ortega, que supuestamente se venía planeando en secreto como dijo, en realidad obedece más a la presión de la prensa que viene informando de la crisis”, apuntó Izabá.
|
|
|