Era más que esperable la respuesta negativa que dio ayer Gran Bretaña al ofrecimiento de "ayuda" que formalizó a la Argentina la secretaria de Estado Hillary Clinton cuando en su extenso encuentro el lunes con Cristina Kirchner oyó de la Presidenta un pedido para que los EE. UU. encabece una "intermediación amigable" que apunte a que Londres acepte hablar de la soberanía de Malvinas. De manera tajante, desde Downing Street, el gobierno de Gordon Brown desestimó ayer la "necesidad" de una eventual mediación de Washington en la disputa por las islas.
"No creemos que sea necesario" sentenciaron con discurso unificado un portavoz del premier Brown, desde Londres, y el vocero de la Embajada británica en Buenos Aires. Ambos dijeron acoger "con agrado" el "apoyo" de la secretaria de Estado para "asegurar" que siguen "manteniendo los canales diplomáticos", pero insistieron en su megaparadigma de apoyar la "autodeterminación de los isleños", y no negociar las islas hasta que los isleños así lo desean. Y por el deseo de los malvinenses, se descuenta que ello no ocurrirá nunca.
El portavoz de la sede diplomática en Buenos Aires agregó que Londres y Washington estaban "por supuesto" en contacto permanente con el gobierno estadounidense en relación al conflicto de Malvinas "así como en muchos otros", pero que es conocido que los "Estados Unidos reconoce la administración del Reino Unido de las islas."
A decir verdad, la ocupación británica de las islas, como la administración que sobre ellas, las Georgias del Sur y las Sandwich del sur ejercen los británicos desde 1833 se fue institucionalizando en la agenda internacional no Latinoamericana, al punto que en diciembre pasado entró en vigor el Tratado de Lisboa de la Unión Europea que incorpora a las Malvinas como Territorios de Ultramar de Gran Bretaña.
Con todo, las palabras de Hillary vinieron a alimentar las expresiones patrioteras en algunos medios de comunicación y sectores políticos británicos, en los que hasta se leyeron insultos para con Cristina. Se fueron incrementando con las protestas presentadas por el Gobierno en los foros internacionales por el inicio de las exploraciones hidrocarburíferas en las aguas de las islas. Y por los recientes apoyos de la región y de la ONU que recibió Argentina en su llamado al diálogo de soberanía.
El pedido de Cristina a EE. UU. por Malvinas y el acuerdo de Hillary a brindar "ayuda" fue dado a conocer por las dos mujeres este lunes durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada. De ello también hablaron ayer, entre otros temas, el canciller Jorge Taiana y la nueva representante permanente de los Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos, Carmen Lomellin.
Sin embargo, desde Londres, la prensa local considera que Hillary "abofetea" al Reino Unido, y "aconsejó" al presidente Barack Obama mantener el histórico apoyo de su país hacia su aliado europeo en la cuestión Malvinas.
Entre tanto, el diario Daily Mail criticó que el presupuesto de las fuerzas armadas británicas en Malvinas se redujo de U$S 215 millones entre 2005 y 2006 a 104 millones en 2010-2011. En la misma línea militarista, el secretario del Grupo Pluripartidario por Malvinas del Parlamento de ese país consideró "peligroso" ese descenso, que indica que "no" se está garantizando la "defensa adecuada de las islas".
Antecedentes
La escalada entre Londres y Buenos Aires levantó temperatura en febrero con la llegada de la plataforma petrolera que iniciará exploraciones en aguas de Malvinas en disputa.
El Gobierno logró recientemente dos avances importantes en su llamado a Londres al diálogo de soberanía por Malvinas. El apoyo de la región y el del secretario general de la ONU, Ban ki-moon.
El lunes, tras un pedido de Cristina, Hillary se mostró dispuesta a "ayudar" al diálogo, que EE. UU. sigue considerando un asunto bilateral entre Londres y Buenos Aires. |
|
|