El río Paraná bajó 38 centímetros en casi 10 días y está en los 5,35 metros a la altura de la capital entrerriana. Los evacuados regresan poco a poco a sus hogares y empiezan la etapa de reconstrucción de sus viviendas, mientras tanto las autoridades continúan expectantes ante la conducta del cauce.
Según informaron a UNO desde Prefectura Paraná, ayer el río a la altura de Paraná estaba a 5,35 metros, es decir 38 centímetros menos que el 22 de febrero, fecha en que se produjo el pico de la creciente y que marcó 5,73 metros.
El jefe de Prefectura Paraná, prefecto principal José María Bustos, mencionó que el “río baja en forma sostenida. Según el informe del Instituto Nacional del Agua (INA) durante marzo continuaría esta tendencia, aunque no se puede descartar algún pico de creciente a causa de lluvias locales”.
Explicó además que Prefectura no participó de ninguna evacuación en esta creciente, porque la mayoría de las familias se autoevacuaron: “Como la inundación se dio de un modo lento, la gente pudo tomar sus precauciones a tiempo y sin sobresaltos, más allá del mal momento”, señaló.
En tanto desde Prefectura de La Paz indicaron que a la altura de la ciudad norteña el río tenía una altura de 5,95 metros, a pocos días del pico de creciente que se dio en los últimos días de febrero y que alcanzó los 6,14 metros.
Lisandro Roldán, titular del área de Salud y Acción Social de la Municipalidad de La Paz, comentó a UNO que ya fueron levantados los centros de evacuación; por estos momentos las familias damnificadas por las inundaciones retornaron a sus hogares y comenzaron con la reconstrucción de sus viviendas y de todo lo dañado por el accionar del agua.
En algunos casos, cuyas viviendas se encuentran más cercanas al cauce, prefirieron trasladarse a casas de familiares directos hasta tanto el río logre una estabilidad y una altura que no genere peligro alguno.
De las 143 familias en riesgo que arrojó el censo municipal, finalmente unas 27 debieron instalarse en los centros de evacuación. “Las cifras eran fluctuantes. Los días de lluvias grandes recibíamos muchos pedidos de ayuda”, contó el titular del área municipal, y luego expresó: “Espero que no tengamos problemas en adelante, pero de todos modos tanto desde el municipio como de las fuerzas vivas de la localidad nos mantenemos expectantes y preparados para cualquier eventualidad”.
Pérdidas económicas en el sur entrerriano
Silvestre Dearmas es secretario de Gobierno de Villa Paranacito y en diálogo con UNO expresó su preocupación por la difícil situación de los productores ganaderos y los trabajadores del rubro forestal a causa de las inundaciones.
Por no haber campos, gran parte del ganado se vendió, incluso muchos murieron por causa del calor ya en los corrales para remate.
Por otra parte, los álamos y sauces jóvenes (de tres años) no lograron mantenerse en pie. “Se perdió la forestación. Como los ejemplares tenían raíces muy chicas, el agua y el viento hicieron que cayeran”, narró el funcionario municipal.
En este sentido, indicó que se vienen realizando reuniones con las autoridades de la Secretaría de la Producción de la Provincia, para buscar una solución al problema económico que enfrentan los empresarios de ambos rubros. Cabe destacar que tanto la ganadería como las áreas forestales representan un fuerte ingreso económico para la región sur.
La zona sufrió fuertemente los embates del agua: “En los últimos días de febrero cayó mucha agua. En la planta baja de mi casa el agua alcanzó los 70 centímetros en esos días y ahora ya tenemos 20 centímetros solamente”, contó el consultado.
En cuanto al sistema de evacuación, Dearmas comentó: “Ni bien llegó la inundación se acondicionó una escuela para instalar allí a los perjudicados, y luego la Municipalidad comenzó a construir en lugares altos y alejados de las zonas inundables unas casillas. En total se levantaron 150 compartimientos en donde hoy habita la gente hasta tanto pase el peligro”, detalló.
Se especificó que también continúan con la distribución de agua potable a los vecinos de las islas que no tienen forma de acceder al vital elemento. Lo cierto es que una serie de análisis hechos por personal de Epidemiología de la Provincia arrojaron como resultado que el agua no es apta para consumo humano. Incluso se advirtió que las pastillas potabilizadoras no logran anular el accionar de las bacterias.
Si bien los vecinos de La Paz regresaron a sus casas, las autoridades continúan alertas por la conducta del río.
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