El Reino Unido desairó a Cristina Fernández de Kirchner y rechazó una eventual mediación de Washington en la disputa por la soberanía de las islas Malvinas. Un día después de que la presidenta argentina le pidiera a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que intercediera en el conflicto por la soberanía de las islas, un vocero del primer ministro británico Gordon Brown tachó como innecesaria tal posibilidad.
“Creemos que no es necesaria una mediación de los Estados Unidos”, afirmó el portavoz de Brown, según reprodujo la prensa inglesa. Contradijo, así, el pedido que Cristina Fernández le hizo, el lunes pasado, a Hillary Clinton. En la reunión de más de una hora y media que mantuvieron en la Casa Rosada, la Presidenta le pidió a la funcionaria que el gobierno de Barack Obama realizara una “intermediación amigable” en la disputa por la soberanía de las Malvinas. Clinton prometió que Estados Unidos estaba dispuesto a “ayudar” y expuso su deseo de que “Argentina y Gran Bretaña se sienten a debatir”.
En respuesta, ayer un portavoz oficial del gobierno laborista inglés dijo que “damos la bienvenida al apoyo de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en términos de asegurar que continuemos los canales diplomáticos, pero no hay necesidad de una intervención directa”.
El vocero, además, repitió el clásico argumento británico para negarse a negociar sobre el dominio de Malvinas. Dijo que “la autodeterminación de los isleños es un asunto clave”.
Las declaraciones se difundieron en medio de los crecientes reclamos argentinos sobre la tenencia de las Malvinas, y para que los británicos cesen en las tareas exploratorias de hidrocarburos, al norte de las islas.
Hace unos veinte días, Cristina Fernández dispuso, a través de un decreto, que todo buque que quiera transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y puertos en Malvinas e islas del Atlántico Sur deberá solicitar autorización previa. Una semana después, la Presidenta consiguió que otros 31 países de América latina suscribieran una doble declaración: de reafirmación de la soberanía argentina y de repudio a las exploraciones petrolíferas británicas en las aguas que rodean al archipiélago.
El gobierno argentino reclama que el Reino Unido cumpla con las resoluciones de las Naciones Unidas y del Comité de Descolonización de la ONU, que instan a iniciar un diálogo bilateral en torno de la soberanía de las islas Malvinas.
Las afirmaciones británicas de ayer apuntaron a excluir una medición norteamericana en el conflicto. Sin embargo, el embajador argentino en EE.UU., Héctor Timerman, se esperanzó con una eventual intervención. “Clinton dio mensajes sobre la posibilidad de actuar como intermediaria. Estados Unidos cree que la mejor solución es una negociación pacífica en el marco de las resoluciones de Naciones Unidas”, apostó Timerman. Los británicos no piensan lo mismo.
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