Bahía Blanca ha pasado ya la mayor parte de una verano en el que afronta la peor crisis hídrica que registre su historia.
No obstante, desde la empresa Aguas Bonaerenses SA (ABSA) se advirtió que marzo puede ser "un mes difícil" y que las lluvias siguen siendo la única alternativa real para mejorar la situación.
Marzo suele conjugar situaciones que lo convierten en un mes singular, donde la demanda de agua --así lo señalan las estadísticas-- alcanzan picos de máxima.
Por un lado, porque en las primeras semanas resulta habitual que se registren altas temperaturas. Por otro, el inicio del período escolar genera un gran movimiento y, a diferencia de enero y febrero, todos los bahienses están en la ciudad, luego de disfrutar de sus vacaciones.
"La ciudad tiene otra dinámica y en las actuales condiciones puede hacerse difícil la prestación del servicio", explicó a este diario el ingeniero Jorge Olaizola, gerente regional de ABSA, quien insistió en la necesidad de mantener el uso racional del agua.
Asimismo, asumiendo que la situación del embalse de Paso de las Piedras sigue siendo crítica, el funcionario comentó a "La Nueva Provincia" algunos aspectos del momento actual.
--Usted aseguró hace unos días que la crisis del agua todavía no mostró su peor cara. ¿Marzo será un mes más complicado que enero y febrero?
--Todo va a depender de las condiciones climáticas, pero este mes puede ser difícil. Es el inicio de clases, hay mucho movimiento y no son pocas las veces en que se produce un notable incremento de temperatura. Con condiciones del clima severas se registra un importante incremento en el consumo y, como eso es habitual en este mes, se hace bastante difícil la prestación del servicio.
--¿El embalse sigue con una cota crítica?
--Exacto, y eso es un tema que tenemos que tener muy en cuenta. El lago no ha tenido una recuperación importante. Se ha logrado que esté medianamente estabilizado con las lluvias registradas en los últimos dos meses y la menor cantidad de agua que se retira gracias al aporte de los pozos del Bajo San José. Pero las reservas no han mejorado.
Calidad y equidad
La última semana, se unieron las voces de los concejales de Integración Ciudadana y de algunas empresas del polo industrial para cuestionar la calidad del agua que se extrae de las perforaciones del Bajo San José.
Si bien Olaizola reconoció la diferente calidad de ambas fuentes, aseguró la potabilidad del líquido subterráneo.
--¿Es buena la calidad del agua que se obtiene de los pozos?
--Es una calidad distinta a la del embalse. Pero desde ABSA hemos hecho el estudio químico y tenemos en claro que el agua del Bajo San José es apta para el consumo humano. Incluso por ser agua subterránea, en algunos casos, ni siquiera exige potabilización, a diferencia de las aguas superficiales.
--¿Es razonable que las industrias señalen que el agua de los pozos afecta sus procesos productivos?
--Sí, pero ese reclamo puede generar algún malentendido. Es cierto que para la industria pueda ser más conveniente el agua del dique que el de una perforación, porque necesitan un líquido con características químicas distintas a las destinadas al consumo humano.
"Por ejemplo, las sales necesarias para el cuerpo humano pueden resultar perniciosas para un proceso industrial. Más allá de esto, insisto, el líquido del Bajo San José es potable".
--Todavía faltan conectar cinco pozos del Bajo San José a la red. ¿Cuándo estiman que quedarán habilitados?
--No puedo dar una fecha exacta, pero en un plazo menor de un mes estarán funcionando. De todas maneras, es importante insistir que estos pozos no implicarán un incremento en la oferta de agua a la red. Sólo nos permitirán disminuir la cantidad que hoy extraemos al embalse.
--¿La provisión a la comunidad se mantendrá durante el año en los 9.000 m3/h?
--Exacto, esa es la provisión que tendremos en 2010.
--¿A qué se debe la demora en el inicio de la toma de agua en el arroyo Napostá, financiado desde parte del sector industrial?
--Había algunas cuestiones que ajustar con las empresas, pero ya está prácticamente todo listo. El comienzo de las obras es inminente.
--¿Cómo está el panorama en los barrios que, como Universitario, Pacífico y Napostá, más sufren los efectos de la crisis?
--Mejor. Tuvimos un pico de consumo durante la segunda semana de febrero que nos produjo un desequilibrio general de la red de distribución, que nos llevó unos días corregir. Superada esa situación, estamos funcionando con cierta normalidad. Sabemos que hay sectores que tienen baja presión o falta de agua, pero dentro de la crisis podemos considerarlo aceptable.
--¿Qué perspectivas tienen respecto de obras que permitan mejorar la red de distribución?
--Tenemos realizado el proyecto general y la mayoría de los trabajos están preadjudicados. Pero la realidad es que, en este momento, no hay recursos económicos que permitan pensar en su concreción.
--¿Esos trabajos mejorarían la situación?
--Lograríamos distribuir el caudal existente con mayor equidad. En ese caso, algunos barrios que hoy reciben el agua en cantidad suficiente tendrían menor calidad de servicio, pero eso sería en beneficio de otros que hoy sufren la falta de agua.
33 centímetros menos en dos meses y medio
La situación del lago de Paso de las Piedras ha sido de alguna manera alentadora durante la estación estival.
Es que, más allá de que entre el 21 de diciembre último y la jornada de ayer el embalse descendió 33 centímetros, esta cantidad no superó los pronósticos más agoreros.
La gran ayuda fue la lluvia registrada el 19 de diciembre último, que con casi 130 milímetros sobre la cuenca del río Sauce Grande permitió que el lago recuperara 65 centímetros, luego de ubicar su cota en 153,84 metros sobre el nivel del mar, la más baja de su historia. Las precipitaciones de febrero permitieron recuperar otros 25 centímetros.
Por otra parte, ABSA logró disminuir la cantidad de agua que extrae del embalse al habilitar 11 pozos en el Bajo San José, que aportan unos 2.000 m3/h, el 20 por ciento del agua que suministra a Bahía Blanca, Punta Alta y el sector petroquímico.
Imagen: Archivo Programa Infoagua |
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