El gobierno británico rechazó ayer la posibilidad de que EE.UU. ayude a resolver la disputa con la Argentina por las Islas Malvinas. “No creemos que sea necesaria” una intervención de Washington, salió a decir el vocero del primer ministro británico, Gordon Brown.
La aclaración siguió al pedido que hizo el lunes la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, durante su visita a la Argentina: que interceda ante Gran Bretaña para dialogar sobre la soberanía de las islas Malvinas. Clinton respondió que estaba dispuesta a “ayudar” en lo que pueda al diálogo.
Si bien el vocero de Brown agradeció el apoyo de Hillary Clinton a que se mantengan abiertos los canales diplomáticos de diálogo, remarcó que no hay necesidad de que Estados Unidos se involucre de manera directa.
El vocero hizo las declaraciones a la prensa internacional, luego de que el canciller británico, David Miliband, contara al gabinete británico sobre el estado actual del conflicto por Malvinas. Y reiteró que “la cuestión no es la falta de mediador: se aplica el principio de autodeterminación, los habitantes de las islas quieren seguir siendo británicos, por lo que no podemos negociar legítimamente sobre la soberanía”.
En la larga pelea que ambos países mantienen en Naciones Unidas, la Argentina rechaza el argumento británico de la autodeterminación kelper al señalar que la población de las islas fue “trasplantada” desde el Reino Unido hasta las islas.
La tensión entre ambos países aumentó la semana pasada tras el inicio de la exploración petrolera por parte de una empresa británica en la cuenca de las Malvinas.
En este sentido, Gran Bretaña considera que las tareas de exploración de hidrocarburos “son tanto correctas como enteramente legítimas”, remarcó el vocero de Brown.
Además, la Argentina, que reclama las Malvinas desde 1833, pidió también la semana pasada al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que ayude para que el Reino Unido acepte conversar sobre la soberanía del archipiélago, luego del apoyo obtenido por los presidente del Grupo Río. Gran Bretaña se niega sistemáticamente, pese a que así lo requieren también las Naciones Unidas.
|
|
|