Ayer a partir de las 9:30 se realizó en el Centro Cultural Casa España de la capital provincial la primera audiencia pública para debatir la decisión se Aguas Santafesinas SA de aumentar a lo largo del año 2010 la tarifa en un 87 por ciento.
Conducida por el vicepresidente del Ente Regulador de Servicios Sanitarios, Ing. Oscar Pintos, el inicio estuvo dado con una particular exposición del titular de ASSA, Alberto Daniele, quien utilizó más de una hora en detallar las acciones de la empresa, en vez de ahondar en forma directa sobre el cuadro de subas que se plantea y la manera directa de aplicar esto en obras necesarias en toda la Provincia. Fue abrupto el corte de su disertación, cuando uno de los presentes en un auditorio más numeroso de lo que se creía -pero poco representativo de las necesidades de los usuarios de las 15 ciudades atendidas por ASSA-, se puso de pie e increpó al funcionario por la falta de claridad en el punto eje y por la excesiva utilización de tiempo.
Según Daniele, teniendo en cuenta los aumentos de costos en insumos y las obras esenciales a realizar en lo inmediato, el ajuste tarifario debería ser del 129 por ciento, total que sumado lo añadido a las boletas durante 2009 y lo pretendido para este año incluso queda chico.
ASSA brinda el servicio esencial de agua potable para unas cuatro millones de personas en la Provincia, tal como lo indica y regula la Ley 11.220, con una composición del 51 por ciento para el Estado santafesino, 39 por ciento los municipios y el 10 por ciento compuesto por capitales privados, produciéndose actualmente 26 millones de metros cúbicos con el cálculo de 430 litros diarios por habitante, valiéndose de tres plantas potabilizadoras, igual cantidad de plantas de ósmosis inversa, 4.500 kilómetros de redes, 450 mil conexiones, de las cuales sólo el 14 por ciento cuenta con micromedidores.
Lo expuesto plantea que la carga de erogaciones para el Estado aumenta cada vez más, ya que por recaudación en 2009 se cubrió sólo el 47 por ciento de los gastos.
Entre tantos datos, Daniele explicó que Rafaela recibió la ampliación de un módulo de la planta de ósmosis inversa, desde la gestión 2008; y la ampliación de la planta depuradora, que al momento es la mayor inversión hecha por ASSA. Sobre los tres frentes de obras de cloacas, la mención fue dada como un hecho, mientras desde aquí se conocen las deudas y los inconvenientes que se siguen generando al respecto.
La interrupción abrupta de esta interminable explicación, que incluyó hasta la composición de los químicos que se aplican al agua de red, dio paso finalmente a la habilitación de opiniones.
Ninguno de los inscriptos en la lista de oradores se manifestó a favor de la suba de precios, sobre todo al tomar como eje las múltiples falencias del servicio, desde la mala potabilización que hay en la ciudad de Santa Fe, la desigualdad de condiciones entre los consumidores; y también entre las más de 600 mil personas sin servicio de agua potable, sumadas a las más de 1.800.000 sin servicio de cloacas en las 360 localidades santafesinas, tal como aportó Luis Lombó de Adelco Santa Fe. Advirtiendo que "estamos aportando para sostener a ASSA", la entidad pidió que sin mejora del servicio no se reajusten las tarifas.
EL TURNO DE RAFAELA
Pasaron varios oradores, hasta llegar a los representantes de nuestra ciudad, encabezados por el Intendente.
Omar Perotti se remontó a los años ï60, cuando se inició la campaña "Rafaela tiene sed", concluida dos décadas después cuando se conectó el acueducto de Esperanza, que quedó chico en los ï90 y que hoy precisa el reemplazo por el sistema de acueductos, para poder servir también a todo el norte desprovisto de agua y que no se puede valer de las napas.
Desde 2003 todos los signos políticos coincidieron en los reclamos por un derecho esencial, hasta en instancias judiciales, pero la transición al suministro normal no tiene fin, no conoce plazos para el sistema de acueductos, mientras en la ciudad en el centro y la periferia la presión deja a las canillas sin líquido, en los momentos más necesarios.
Tocando la deuda de cloacas, Perotti indicó, "es muy difícil plantearle a nuestra comunidad que acepte un aumento cuando hay obras paralizadas y otras que no se han hecho y hay una instancia incierta para un acueducto". "Creemos que se debe tomar una decisión política de fondo y con mayúsculas", para ordenar el saneamiento a través de una empresa que pueda ser "fuerte y eficiente", mientras que en la ciudad "lo que se cobra es muy superior al agua que se consume", en una zona donde no se puede procurar el agua y donde la altura de las napas transforma en urgentes las obras de cloacas que actualmente cubren al 65 por ciento de los usuarios, sin pretender ostentar el lujo de superar a otras comunidades, sino preservar las necesidades esenciales.
Mezclando a la perfección sus roles de docente y concejal, Mónica Garrappa en su alocución calificó con cero puntos a ASSA, porque no cumple con la prestación eficiente y los planes de desarrollo, siendo estos los objetivos de la empresa citados por el propio Daniele.
Germán Bottero se retiró antes que llegue su turno de hablar, Héctor Sierra prefirió ceder su lugar plegándose a las palabras de Garrappa, dando espacio a las consideraciones de Luis Castellano, que manifestó con certeza que "el aumento es sólo una parte de la discusión, una parte mínima", teniendo en cuenta el requerimiento de obras y avances, fundamentalmente en nuestra ciudad. A su tiempo, "Lolo" Bauducco, citó como prioritarias las cloacas, por lo tanto el aumento se relega ante las necesidades de los habitantes, es entonces que los desatinos podrían alcanzar precios muy caros en su remedio en el corto plazo.
Por su parte, Arturo Benavídez, de la Federación de Entidades Vecinales, puso de relieve que al no ser vinculante la audiencia, poca influencia debía tener. Con un repaso de los reclamos atinentes al servicio de agua y a episodios pasados de aumentos poco fundamentados, Benavídez recordó la falta de respuesta sobre el pedido de audiencia pública en Rafaela. Pero el punto más saliente fue la reflexión sobre la aplicación de la suba del 19 por ciento para el mes de marzo, "¿si es así, para qué nos convocan?", se preguntó y la inmutabilidad del ministro Ciancio, presente en la primera fila, quizá aportó la respuesta menos deseada y más escondida.
POCO REBOTE
Si bien Omar Perotti consideró, en diálogo con LA OPINION, que este encuentro tendrá alguna consecuencia positiva, porque "cualquier instancia de tarifas tiene que tener su correlato en obras", mientras hay que considerar las posibilidades de pago de los usuarios, en un momento donde se han "trasladado aumentos en los impuestos sobre el mismo inmueble al que ahora hay que agregarle uno importante de agua".
Es llamativo para el Intendente, "que ahora nos planteen el rojo de la empresa o la brecha que se ha armado en más de dos años, ¿por qué lo hacen conocer ahora y no el año pasado?". La operatividad ahora se condiciona por las tarifas, sin embargo para Perotti, la importancia de la decisión política en la asignación de recursos tiene un vínculo claro con la salud, pero en la eficiencia por infraestructura se ciñe la posibilidad de aumentar las cifras, recién en ese momento y ser aceptado a la vez.
Con el velo de duplicidad que siempre exhibe Antonio Ciancio, desde su función como ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, argumentó en la mitad de la audiencia, "no he escuchado esas intervenciones", en referencia al rechazo del aumento por el mal servicio brindado por ASSA, aprovechando la mención de su intención de modificar el marco regulatorio de la empresa este año, a través de la Legislatura. El funcionario argumentó que este encuentro que tendrá réplica el viernes en Rosario, sin novedades para una escala en Rafaela, tiene una limitada relevancia. "Si estamos aquí es porque queremos escuchar y esto no es un ejercicio formal y vamos a atender aquello que honorablemente se plantee como posibilidades de adoptarlo en este pedido final al ENRESS", intentó explicar Ciancio, sin mencionar la modificación del plan de aumento, con lo cual las expectativas de modificación quedan anuladas, al menos que la sorpresa se adueñe de las decisiones del área.
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