Algunas calles y zonas de la ciudad se han hecho tristemente célebres por ser “zonas de aguas servidas”. Grandes charcos putrefactos se extienden de esquina a esquina, y lamentablemente, los vecinos se han acostumbrado a vivir de esta manera. Hace años se realizan reclamos, pero aparentemente, no hay solución posible.
Sea la hora que sea y sin importar el clima, en estas zonas hay agua. Y según los vecinos, en todos los casos, se hicieron reclamos pertinentes, arreglos y diversas tareas, pero no hubo cambios. Algunas simplemente almacenan agua de lluvia, que sólo se escurre por evaporación. Esta queda estancada y se descompone, lo cual ocasiona olores insoportables y son lugar de reproducción de diferentes insectos. En otras zonas, en cambio, lo que sale a la superficie es agua de las cloacas. La misma emerge por roturas en los caños y se desplaza por las veredas hasta llegar a las calles.
Una de estas zonas se encuentra en el barrio El Timbó 1, más precisamente en la esquina de José Masferrer y Joaquín de los Santos. Allí una enorme “laguna” de líquido pestilente complica el tránsito y en general, la vida. Aseguran que esta situación es constante.

La avenida Italia también
Silvestre Güemes es una de las calles que más esquinas tiene en su haber, en el barrio San Pedro. Tanto en la esquina de Lorenzo Winter (frente a la EPNM N° 35 Dr. Arturo Jauretche) como en el tramo que se ubica entre Pacífico Scozzina y Vicente Posadas, hay agua en cantidad. Lo que más preocupa a los vecinos es la cercanía de este charco con el colegio, y la cantidad de jóvenes que circulan en esa zona. “Mojarse accidentalmente con esa agua podría traer enfermedades, no sabemos qué es lo que tiene”, dijeron vecinos del lugar.
Entre Scozzina y Posadas, Güemes tiene problemas graves. Las aguas negras brotan de zanjas improvisadas por los vecinos que, cansados de que no funcionen las cloacas, abrieron paso al líquido. El fuerte olor se siente desde lejos, y según informaron a La Mañana “es imposible salir a la vereda sin descomponerse”. A simple vista se puede ver como el agua con desperdicios avanza por pequeñas canaletas que atraviesan las veredas, hasta llegar a la calzada.