Marco Octavio Ribera, coordinador nacional de investigación de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), en diálogo con EL DIARIO informó que en los últimos tiempos, los enclaves de valles secos paceños sufren procesos de erosión y pérdida de suelos por degradación de cobertura vegetal y quemas extendidas recurrentes.
DESAFÍOS PENDIENTES
Explicó que en el departamento se deben priorizar las complejas problemáticas asociadas a la Bahía de Cohana y el complejo agroindustrial del norte de La Paz, “sin embargo, en otros temas complementarios urgentes para la gestión socio-ambiental son la intensificación de la erosión y pérdida de fertilidad de suelos, con tendencia a aumento de la desertificación, la intensa contaminación doméstica industrial a gran escala, derivada de El Alto y Viacha, de la cuenca del río Katari-Pallina, las Bahías Cohana, Pajchiri y zonas de islas interiores del Lago Menor, a lo que se suma la contaminación doméstica e industrial generalizada de las urbes mayores de La Paz y El Alto” mencionó.
TIERRAS ALTAS
Aseveró que a ello se suma, también en tierras altas, la progresiva pérdida de fuentes de agua cordilleranas, por retroceso de glaciares y evaporación de las lagunas, por efectos del cambio climático y situación de riesgo de escasez para ciudades y poblaciones.
Dijo que los recursos hídricos se ven comprometidos por las actividades de explotación aurífera en zona alta como Apolobamba y la explotación de cobre en Coro Coro sin suficientes recaudos ambientales, “la creciente contaminación por residuos sólidos y aguas servidas en poblaciones menores y los pasivos de la contaminación petrolera por derrame en la cuenca del Desaguadero”.
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