¿Por qué se inundan en Berisso, además de calles de los barrios periféricos, vías situadas en el casco céntrico? ¿Qué falla en la Ciudad vecina para que colapse cuando se descarga una lluvia fuerte? Sistemas de desagües deficientes, zanjas sin mantenimiento, obras de asfalto en las que no se tuvieron en cuenta las pendientes y una realidad social que empuja a los sectores más desprotegidos a asentar sus viviendas en zonas bajas y carentes de infraestructura urbana, se combinan y dan lugar a anegamientos que en los últimos temporales terminaron con cientos de familias evacuadas.
En los barrios Obrero, Villa Roca y Villa Zula se vivieron las escenas más dramáticas el 22 de febrero pasado, pues el copioso caudal de lluvia caída inundó el interior de decenas de viviendas y los Bomberos Voluntarios de Berisso tuvieron que sacar de la emergencia a 350 familias y trasladarlas a un centro comunal. Durante la última tormenta no se llegó a ese extremo pero innumerables calles se taparon con el agua y los vecinos insistieron en sus quejas porque, según denuncian, sus reclamos en favor de mejoras no son escuchados por las autoridades comunales.
El día de la última evacuación el jefe de Defensa Civil de Berisso, Pablo Acosta, explicó el desborde de los canales de desagote en "la gran cantidad de agua que llegaba desde La Plata". Por los anegamientos tuvieron que cortar el tránsito de varias calles del centro berissense de manera preventiva, pues se temía que el "oleaje" que provoca el paso de los colectivos llevara el agua adentro de las casas.
PUNTOS DEBILES
Berisso tiene varios puntos "débiles" en materia de sistema de drenaje. Tres barrios de los cinco que integran "La Franja" -El Carmen, Villa Argüello y Villa Progreso- componen el sector más crítico, de acuerdo a la evaluación de la comisión vecinal que realiza el seguimiento de los déficit de la zona. Allí el "combo" incluye varios ingredientes, según Leticia Guerrero, una de las integrantes de ese grupo de vecinos: "con pavimentos recién construidos, las calles se inundan, y todo suma: el asfalto mal hecho y sin final de obra, las zanjas de desagües tapadas y el canal de la calle 130 que no se limpia y se desborda con las lluvias".
El rectángulo de la zona más proclive a inundarse es el que forman las calles 126 a 130 y 90 a 604. Los vecinos de esas cuadras plantearon su demanda de mejoras en numerosas oportunidades. "Tenemos un compromiso firmado con el intendente Slezack de revisar los problemas cada 30 días y hace cinco meses que no conseguimos tener un contacto con él", agregó Guerrero.
Están peor todavía en 34 y 165 y sus alrededores, una zona ganada por los asentamientos, las viviendas precarias y la falta de traza en las calles. El lugar es un "pozo", según lo definen, y no existen los desagües pluviales. Allí tuvieron que actuar los Bomberos para evacuar a la gente que se encontró con el agua hasta la rodilla.
Lo llamativo es que haya barrios con infraestructura urbana que también se inundan. El miércoles pasado, con apenas 22 milímetros de precipitaciones acumulados entre largas horas de la madrugada y la tarde, hubo gente que no fue a trabajar porque no pudo sacar el auto de su garage, como ocurrió en 11 entre 161 y 162. También en 30 de 164 a 168, otro sector que se supone consolidado en su organización de servicios, fue afectado por el agua.
UN PROBLEMA "NUEVO"
"Hoy se inundan cuadras que, en general, antes no se inundaban", sostuvo el concejal berissense Néstor Juzwa (peronismo disidente) y agregó: "es cierto que estas últimas lluvias son muy copiosas en poco tiempo, pero acá se conjuga un coctel de pavimentos nuevos que se hicieron sin respetar las caídas, cinco años de sequía en que se descuidó el mantenimiento de las cañerías y la compuerta del canal de la calle Génova que servía para parar cualquier sudestada y que con seis bombas para sacar el agua no las ponen en funcionamiento".
Emilio Cecho, experimentado arquitecto berissense y ex secretario de Obras Públicas del municipio, señaló que Berisso está expuesta a las constantes crecidas del Río de la Plata, el viento sudeste que con frecuencia acompaña esos movimientos fluviales -y que trae lluvias- y las tormentas aisladas del fenómeno. Librada a esa suerte, la traza de la ciudad se presenta desnivelada, y con un casco urbano un metro arriba de las zonas aledañas el agua se acumula sin correr.
Para el especialista la clave está en una vieja iniciativa de obra hidráulica que aún no se ha concretado: el terraplén costero. "Con ese proyecto la traza sobre la parte alta estaría como el muelle del puerto, a 4,20 por encima del nivel del río. Como la pendiente va hacia el río, con las seis plantas de bombeo proyectadas, el agua no iría hacia la zona urbanizada sino hacia el otro lado", explicó.
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