Un grupo de investigadores cordobeses está formando parte de un equipo internacional que buscará la presencia de arsénico en napas subterráneas de la provincia de Buenos Aires y de los Territorios Palestinos, en Oriente Medio.
El equipo de trabajo está conformado por Alberto Ferral, Anabella Ferral, Eugenia Alaniz y Martín Sarmiento, del Centro de Investigación y Desarrollo para el Medio Ambiente de la Universidad Blas Pascal. También participan Nidal Mahmoud, de la Universidad palestina de Birzeit, y Branislav Petrusevski, de la Universidad Tecnológica de Delft (Holanda).
La investigación está auspiciada por el Instituto de Educación del Agua (IHE) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El IHE aprobó un proyecto para investigar la contaminación por arsénico que se empieza a observar en dos napas subterráneas: la Pampeana y el Puelche, en la ciudad de Buenos Aires. “Mucha gente dijo que la contaminación por arsénico era antropogénica (provocada por la presencia del hombre), pero está comprobado que eso se produce sólo en condiciones de impacto directo”, comentó Anabella Ferral.
“En este caso está medio disipado y daría la impresión de que es una contaminación que está provocando la napa pampeana, que tiene arsénico, sobre la napa más profunda. En función de eso, nos aprobaron un presupuesto para trabajar dos años en un estudio hidrológico de toda esa zona”, agregó la investigadora.
Los análisis se van a realizar en La Matanza y Mataderos, en Buenos Aires, y en una zona de los Territorios Palestinos.
El equipo de trabajo está dirigido por Branislav Petrusevski, un experto en arsénico en agua, de reconocimiento mundial. El científico holandés conoce la manera en que se puede secuestrar y aislar, e investigar cuáles son las fuentes.
Filtros económicos. Uno de los objetivos de la investigación es la utilización de filtros de bajo costo que eliminan el arsénico del agua. Los dispositivos fueron desarrollados por el IHE, y ya fueron probados en lugares como Bangladesh y Hungría. Según explicó Petrusevski, el filtro puede colocarse en pequeños pozos o en plantas a grandes escalas.
“Son tubos por los que pasa el agua, con arena natural que, con el paso del tiempo va recubriéndose de óxido de hierro. Es un método excelente de absorción del arsénico en el agua. Además, como es gratuita, esta tecnología es muy módica”, agregó el científico holandés.
El costo de cada dispositivo ronda los 20 euros. Y eliminar el arsénico cuesta unos 50 centavos de peso por cada mil litros de agua. “La idea es que se instale este tipo de tecnología en el país. Además es barato porque no requiere energía, sino que funciona por gravedad”, indicó Eugenia Alaniz. “La mayoría de los tratamientos tiene poca vida útil, mientras que este filtro tiene una vida útil muy larga”, afirmó la investigadora.
Según estudios previos, en Argentina hay al menos ocho provincias con alta presencia de arsénico en las napas subterráneas. Entre ellas están las más pobladas, como Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
La eliminación de ese contaminante permitiría aprovechar el agua para el consumo humano. “Y lo más importante es que el futuro no es el agua superficial, sino de las napas”, consideró Alberto Ferral.
90% de las napas en la provincia de Córdoba. Es la proporción de agua subterránea contaminada con arsénico.
Efectos en la salud
Qué es el arsénico. Es un elemento natural que se comporta como un metal. Aparece en el entorno natural y como consecuencia de ciertas actividades humanas.
Según la OMS. Ingerir gran cantidad de arsénico puede provocar un envenenamiento rápido y la muerte. El intestino, el corazón y el sistema nervioso se ven afectados. Los que sobreviven pueden desarrollar manchas en la piel y daños en los glóbulos rojos, en la médula ósea (donde se producen las glóbulos sanguíneos), en el hígado, en los nervios y en el cerebro.
En el agua. Una exposición a largo plazo a altos niveles de arsénico en el agua de bebida puede causar un espesamiento de la piel o la aparición de manchas de pigmentación en la piel, así como cáncer de piel, pulmón, vejiga o riñón.
También en Oriente Medio
El equipo de investigadores también está compuesto por Nidal Mahmoud, de la Universidad de Birzeit (Territorios Palestinos). Allí también se buscará arsénico.
El agua en los Territorios Palestinos es suministrada desde pozos israelíes. No saben cuál es su calidad, ya que no se le realizan análisis en profundidad. “Tenemos análisis convencionales, pero no de metales pesados”, comentó Mahmoud. Para Branislav Petrusevski, es posible encontrar arsénico en el territorio palestino “por la presencia de ese elemento en otros países de la región, como Jordania.
El agua que se analizará es consumida por tres millones de palestinos en Gaza y Cisjordania.
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