A buen ritmo avanza en Tolar Grande la construcción de la red cloacal que mejorará las condiciones de vida en esa población de la Puna, distante 350 kilómetros al oeste de la ciudad de Salta, que ayudará también a preservar los ecosistemas arcaicos descubiertos en 2009. Según precisó el diputado de Los Andes, Leopoldo Salva, la red cloacal que se ejecuta con partidas del Fondo Soja presenta un avance del 90%. La planta depuradora está prevista en la segunda etapa del proyecto.
María Eugenia Farías, la doctora en Biología que encabezó el hallazgo de estromatolitos vivos en lagunas de la zona, destacó la relevancia de estas obras, ya que efluentes cloacales habían comenzado a causar estragos en las colonias microbianas descubiertas en tres ojos de agua localizados en las cercanías del pueblo. Esta situación fue advertida en agosto de 2009 por Farías, quien a través de El Tribuno también remarcó la necesidad de declarar área de reserva a la laguna de Socompa.
El singular espejo de agua, situado a 10 kilómetros del paso internacional con Chile y a más de 4.000 metros de altura, atesora un ambiente y un ecosistema similares a los de la Tierra primitiva.
Estas “altas ventanas al pasado”, como las definió la prestigiosa revista Nature en septiembre de 2009, captaron rápidamente la atención de la comunidad biológica internacional y empiezan a despertar el interés de grandes corporaciones biotecnológicas, por lo que investigadores del Conicet instan a apurar en el Congreso de la Nación una ley que proteja los recursos genéticos e incluya la biodiversidad microbiológica.
Pequeños titanes de la historia
Los estromatolitos son asociaciones de pequeños organismos fotosintéticos que cumplieron un papel crucial en la evolución de la vida sobre la Tierra, ya que fueron ellos los que liberaron el oxígeno a la atmósfera, crearon la capa de ozono y transformaron a un planeta hostil en apto para la vida.
Aunque hace 3.400 millones de años cubrieron toda la superficie del planeta, hoy son contados los sitios que los conservan vivos. Todos están a nivel del mar, lo que hace únicos a los estromatolitos de la cordillera salteña, donde la altísima exposición a la radiación ultravioleta (UV) y la baja tensión de oxígeno configuran un ambiente similar al de Tierra cuando no había capa de ozono.
Foto: Archivo Programa Infoagua |
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