La red de distribución de agua potable de la ciudad de Córdoba que gestiona Aguas Cordobesas (AC) tuvo 17.538 fugas en 2008, esto es, 49 pérdidas por día. En 2009, la cifra sería similar. No se sabe cuántos litros de agua se derrochan por esta causa porque la empresa no tiene un balance hídrico.
AC sabe cuánta agua cruda ingresa a sus plantas potabilizadoras y cuánta sale, pero de esta última desconoce con precisión la cantidad que llega a los hogares y la que se pierde en el camino.
El dato surge de un trabajo presentado por la empresa en el Primer Foro Interamericano sobre Servicios de Agua realizado a fines de 2008 en Chile.
La Coordinadora Córdoba en Defensa del Agua y la Vida (CCODAV), una coalición de asociaciones civiles, entiende que la empresa es la que debería controlar y solucionar sus pérdidas antes de comenzar con la colocación de micromedidores a los usuarios. "El mayor derrochador de agua es AC. No tiene balance hídrico, por lo tanto no puede saber con certeza cuál es el consumo promedio por habitante. Cuando dice que cada cordobés usa 400 litros diarios, miente", comenta Gustavo Spedale, integrante de la CCODAV.
Y agrega: "Cuando no hay balance hídrico, se calcula que por las pérdidas se va el 30 por ciento del agua". Esto serían unos 7,5 millones de litros por hora, la suficiente agua para abastecer a 25 mil cordobeses que consuman 300 litros por día.
La empresa Aguas Cordobesas reconoció las 48 fugas diarias, pero aseguró que desde hace años están trabajando en su reducción a través de diferentes mecanismos.
Alberto Girbal, gerente de Operaciones Técnicas de AC, admite que pueden parecer muchas las fugas, pero que en cantidad de pérdidas por kilómetros de red está dentro de los estándares internacionales. "En la evolución de fugas por kilómetros de red pasamos de 5,5 en 2005 a 3,6 en 2009. La tasa está dentro de los estándares mundiales", asegura. El 85 por ciento de las pérdidas ocurre en las conexiones al hogar, es decir, son pequeñas.
Las razones. Las razones por las que se producen pérdidas son varias. Influyen el niveles de presión, el terreno en el que están asentados los caños y el estado de la red.
En Córdoba los desniveles de la geografía provocan grandes diferencias de presiones que dañan las cañerías. A su vez, sobre todo en el sector sur, el suelo es muy inestable y cuando se humedece pierde capacidad para soportar la cañería.
Para revertir esta situación, AC instaló reguladores de presión en 90 puntos de la ciudad y tiene varios puntos fijos para medir la presión.
Además, Girbal asegura que mensualmente se recorren 400 kilómetros de los 3.600 que tiene la red en búsqueda de fugas visibles y semivisibles.
Otro índice que toma AC para señalar cómo están reduciendo el derroche por fugas es la velocidad que se toman para reparar las pérdidas. En 2001, el tiempo promedio era de 19 horas, mientras que para 2008 bajó a seis. Sin embargo, son seis horas en que las cañerías pierden el preciado líquido, en un momento de emergencia hídrica.
Sobre el estado de la red, la discusión es más compleja. "Córdoba tiene una red muy vieja y no se ha invertido lo suficiente desde la década de 1990. AC no realiza cambios de cañerías, sólo repara. En otras ciudades no hay tantas roturas como aquí", entiende Spedale.
"La edad de las cañerías no tiene mucho que ver con su estado si se realiza un buen mantenimiento. Tenemos redes de principios de siglo 20, que no se rompen", responde Girbal, de Aguas Cordobesas.
Con la modificación del contrato, AC sólo debe hacerse cargo de la operación y mantenimiento de la red, mientras que a las obras de expansión y mejora debe financiarlas el Estado.
¿Sí a los micromedidores? El próximo 17 de marzo se realizará una audiencia pública para debatir un incremento tarifario y un cargo fijo para la instalación masiva de micromedidores en los hogares.
En la ciudad de Córdoba, hay 266.800 viviendas medibles (los departamentos no se pueden medir), de las cuales 53 mil tienen el equipo instalado.
Desde AC señalan que es la mejor manera para cuidar el recurso y la única vía para conocer cuánta agua se derrocha por pérdidas en la red. De hecho, en las ciudades del interior con medidor, el consumo es la mitad que el de Córdoba.
La CCODAV entiende que la crisis hídrica que afecta a la provincia no se soluciona con medidores. "La primera ciudad en declarar la crisis hídrica fue Villa Carlos Paz que tiene todos los usuarios con medidores", afirma Spedale. Y agrega: "Los medidores deben colocarse pero no para que una empresa privada obtenga más ganancias, sino para usarlos estadísticamente y conocer el estado de la red. Ahora no están dadas las condiciones".
1.009 cortes en 2008
En el último informe anual que Aguas Cordobesas entregó al Ersep reportó 1.009 cortes de servicios.
Obsoleto. El reporte indica que la mayoría de las interrupciones fue ocasionada por "fallas de material originadas en la obsolescencia de las redes de distribución".
En las plantas potabilizadoras los cortes se debieron a fallas en el suministro eléctrico y problemas de cantidad y calidad de agua cruda.
Más de 6 horas. 20 cortes duraron más de seis horas. La mitad se debió a roturas en caños de diferentes diámetro.
Análisis
¿Quién derrocha más?
La lógica que se ha impuesto para evitar el derroche de agua en la ciudad de Córdoba es la de colocar micromedidores en los hogares.
Según esta forma de control, la única manera de que los cordobeses tomemos conciencia es que paguemos por cada litro que consumimos.
Sin embargo, esta lógica no se aplica a gran escala. Aguas Cordobesas (AC) no paga un canon por el agua cruda que extrae de las cuencas de Córdoba y que pertenecen al Estado provincial, a los cordobeses.
El canon que figura en el contrato y del que fue exceptuada AC es de 10 millones de pesos anuales. Tampoco se sabe cuánta agua pierde la propia empresa por las más de 17 mil fugas que tiene al año.
¿Es justo que controlen y castiguen con tarifas más altas y medidores el derroche de los usuarios mientras la empresa tiene más de 17 mil fugas anuales y no paga por el agua que extrae?
Frente esta realidad, la colocación de micromedidores para ser la solución más rápida, pero no la óptima. Medidas más difíciles de aplicar, pero con mejores resultados a largo plazo serían recuperar y proteger las cuencas hídricas y mejorar la vetusta red de cañerías de la ciudad.
Eficiencia en la planta potabilizadora Suquía
La modernización de la planta potabilizadora Suquía, ubicada dentro del "country" La Delicias, es el caballito de batalla de Aguas Cordobesas.
El gerente de operaciones técnicas de la empresa, Alberto Girbal, explica que en 1997 recibieron unas instalaciones vetustas y que, con el tiempo, las transformaron en una de las plantas modelos del país. "La prioridad fue modernizar las plantas y las estaciones elevadoras, porque roturas en esos sectores generan mayor impacto en la distribución", señala.
La planta Suquía potabiliza 112 millones de metros cúbicos al año, es decir, 3.600 litros por segundo. El proceso lleva tres horas desde que el agua entra cruda hasta que sale potabilizada para distribuirse.
"El rendimiento de la planta antes era del 86 por ciento. Se lo llevó hasta el 96. Ese 10 por ciento de agua que se recuperó era para consumo interno de la planta en el lavado de filtros y otras tareas. Ahora es agua que se distribuye", asegura Girbal. Son más de 10 millones de metros cúbicos anuales.
Además, la planta cuenta con un sistema de recuperación de barros que es único en América latina. Y una planta productora de ozono, sustancia que ocasionalmente se utiliza para mejorar el proceso de potabilización cuando el nivel de alga en el embalse San Roque es alto.
La planta está totalmente automatizada. Desde la empresa aseguran que los controles de calidad son constantes. La planta Suquía distribuye el agua a la zona norte centro y este de la ciudad. El sur es provisto por Los Molinos, más pequeña.