Ante la publicación de ayer de Nuevo Diario, en la que advierte que ante la crecida del caudal de agua del embalse, el arrastre de basura en el Dulce puede reducir su vida útil, desde el Consejo Profesional de la Ingeniería de Santiago del Estero, indicaron que los líquidos lixiviados que emanan de los residuos podrían ser arrastrados por el curso del río Salí.
Al respecto, el ingeniero Juan Prado Iratchet, al referirse al Centro de Disposición final de Residuos Sólidos Urbanos de Pacará Pintado, importante fuente de contaminación directa sobre el embalse de Río Hondo, reveló que “el predio triplicó su superficie en los últimos tres años, con lo cual los líquidos lixiviados que emanan de los residuos podrían ser arrastrados por el curso del río Salí”.
Es así que según dio a conocer el ingeniero Juan Prado Iratchet, “dicha empresa no da el tratamiento adecuado a los desechos que depositan los municipios de la Capital, Las Talitas, Yerba Buena, Banda del Río Salí y Lules, de Tucumán”.
Según Prado, de no ser solucionado ese problema, los vecinos de Las Termas serán los principales afectados. “Si en estas lluvias de verano el dique El Cadillal rebasa y el río crece, el agua se llevará gran parte del basural y los desechos irán a parar al dique de Termas”. Además aseguró que si eso llegara a suceder, el dique El Frontal sufrirá aún más los efectos de la contaminación que ya padece la cuenca hídrica.
Los habitantes de la zona señalaron, al igual que la Federación de Organizaciones Ambientalistas No Gubernamentales de Tucumán, que el basural triplicó su tamaño original y que, al menos, un 75% de los residuos permanece al aire libre. Estos, según las normativas, deberían ser embolsados en celdas especiales. Cabe destacar que en sus inicios, el volumen de basura que procesaban era de 450 toneladas; hoy en día es de 800. Esto implica gran cantidad de lixiviados (líquidos que se depositan en la tierra) y la consiguiente contaminación del aire, que se transmite en olores desagradables varios kilómetros a la redonda.
Pero la problemática en la provincia tiene otros aditamentos, según las denuncias vecinales, que son el constante vertido a la Cuenca Salí-Dulce de efluentes cloacales, vinaza por parte de ingenios, desechos de mataderos y hasta de metales pesados por parte de minera Alumbrera, a través del canal DP2.
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