Los especialistas confirmaron que las presas de la región fueron proyectadas para recibir aceleraciones sísmicas mucho más grandes de las que llegaron como consecuencia del terremoto ocurrido en Chile hace una semana.
“Los riesgos son muy bajos porque las presas se proyectan para resistir sismos extremos, criterio similar al utilizado con las crecidas de los ríos”, manifestó el ingeniero Alberto Larreguy, integrante de la Dirección Regional Comahue del Organismo Regulador de Seguridad de las Presas (Orsep).
De esta manera se refirió el profesional a los niveles de riesgo de las presas de la región bajo jurisdicción del mencionado organismo (Alicurá, Piedra del Águila, Pichi Picún Leufú, El Chocón, Arroyito y Complejo Cerros Colorados), en relación al terremoto de gran magnitud (8,8 en la escala de Richter) ocurrido el pasado 27 de febrero en Chile, con epicentro en las cercanías de la ciudad de Concepción, que provocó más de 800 muertes y numerosos daños materiales.
Larreguy explicó que el sismo ocurrido una semana atrás en el vecino país “no fue registrado en los aparatos que registran las aceleraciones sísmicas” en las presas de la región del Comahue.
“Los desplazamientos son medidas por sismocopios y la aceleración del movimiento a través de acelerógrafos. Las aceleraciones han sido muy bajas en las zonas de las presas. Para que se tenga una idea, los instrumentos en las presas registran aceleraciones del orden de la centésima de la aceleración de la gravedad, por lo cual podemos afirmar que las aceleraciones en la zona de las presas no han alcanzado dicho umbral. En otras palabras, el terremoto ocurrido en Chile fue prácticamente imperceptible en las presas”, destacó Larreguy.
El profesional del Orsep recordó que las presas de la región han sido proyectadas para recibir “aceleraciones mucho más grandes de las que llegaron” como consecuencia del terremoto en Chile.
“Para las obras del Comahue se adoptó como criterio de seguridad el sismo correspondiente a un tiempo medio de ocurrencia de 10.000 años, es decir de muy baja probabilidad de ocurrencia”, afirmó Larreguy.
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