Fueron dos semanas terribles para un millar de pobladores ribereños, que en cuestión de horas se encontraron con las aguas del Salado a metros de sus ranchos. Es más, muchas no tuvieron tiempo para escapar y quedaron atrapadas en pequeños islotes, en medio del monte. Por fortuna, la bajante llegó y desde ayer existe al menos un camino relativamente transitable por donde se empezó a asistir con comestibles y otros elementos a decenas de familias del departamento Avellaneda, donde la situación era más complicada.
El último informe recibido anoche por las autoridades del Grupo Especial de Rescate de la provincia indicaba que el caudal liberado desde el dique de El Tunal, en Salta, descendió de 170 metros cúbicos por segundos a 120 en casi 48 horas, y se espera que hoy la bajante continúe, lo que permitirá reconstruir las defensas y reforzar la ayuda a los inundados.
Otra buena noticia llegó desde el paraje El Bracho, en Avellaneda, donde personal de Recursos Hídricos y de Vialidad de la provincia estaban reconstruyendo una compuerta que había sido seriamente dañada por la crecida y que agravó el cuadro para muchos campesinos que tuvieron que mudarse con sus animales y algunas pertenencias a zonas altas, cercanas a Colonia Dora.
En todo este proceso intervino personal de la Subsecretaría de Desarrollo Social, Defensa Civil, GER, Recursos Hídricos y Vialidad, además de los policías y los empleados de las comunas de la zona.
Hasta ayer, agentes de Desarrollo Social continuaban realizando un relevamiento en la zona afectada con el propósito de determinar fehacientemente las pérdidas sufridas por las familias y en función de ello diagramar un plan de asistencia para los próximos días.
Mientras tanto, durante los últimos diez días se estuvo llevando alimentos no perecederos, chapas, frazadas y ropa a los inundados o aislados, según informaron funcionarios que participaron de la tarea de asistencia.
DATOS
Si bien, los pronósticos hacen pensar que la situación mejorará con el paso de los días, el Grupo Especial de Rescate se mantenía hasta ayer en alerta por temor a nuevas crecidas provocadas por lluvias en la cuenca de la zona de Metán, en Salta.
Personal de distintos organismos provinciales trabajan en el reacondicionamiento de los caminos para llegar con mayor rapidez a las zonas más alejadas. Además, se están fabricando maromas para pasar por lugares que todavía tienen bastante agua.
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