Un par de chicos juega sin temor alguno en la calzada y la plazoleta, mientras gente entrada en años matea en sus veredas. Todo habla de una armonía pueblerina con mayúsculas, difícil de conseguir en otros lugares. A tal punto que hoy la llevaron a convertirse en el lugar elegido por muchos resistencianos que buscan en sus calles y sus sombras un sosiego perdido en la gran ciudad.
“El municipio viene trabajando de manera incansable con todas las actividades, necesidades y demandas de los vecinos. Hemos mejorado la calidad y cantidad de servicios prestados, producto del crecimiento de la comunidad”, aseguró el intendente Roberto Phipps. Así, agregó: “Este año, mi propuesta al Concejo es tratar de hacer una regularización de la parte inmobiliaria, recategorizando las viviendas”.
Rincón de alma vegetal, de paz pueblerina y herencia infinita, hoy disfruta un largo sueño concretado: el acueducto. Esto es Colonia Benítez, a más de un siglo y dos décadas de vida institucional. Esa que comenzó con la instalación de la primera desmotadora de algodón en 1902, para convertirse en pionera regional en la materia. Incluso, carga con el mérito de haber logrado la semilla Tipo Chaco, tras importar variedades desde EEUU y adaptarlas al rigor del clima chaqueño.
A orillas del río Tragadero, Colonia Benítez recuperó en parte una identidad perdida. Es que, tomando como base y fundamento el trabajo realizado por el profesor e historiador Carlos Augusto Peressi, en su libro Historia de Colonia Benítez, el municipio local estableció en 2005 la fecha del aniversario el 11 de marzo. “En octubre pasado hemos declarado la emergencia hídrica, que afecta toda la zona ribereña. Por eso hubiésemos querido festejar a lo grande este aniversario, pero haremos algo austero para homenajear a la comunidad. De a poco está bajando el río y las cosas retoman su cauce normal”, destacó Phipps.
Agua potable y parque automotor
El logro central de gestión se centra en el acueducto Resistencia-Colonia Benítez- Margarita Belén. La comunidad ya disfruta los beneficios del agua potable, objetivo que en un tiempo cercano se trasladará al paraje Tres Horquetas. “Hemos mejorado el parque automotor, adquiriendo y reparando las maquinarias existentes. Además, hacemos el roturado de la tierra a pequeños productores, riego de las calles, provisión de agua al paraje Tres Horquetas y otras actividades. Esta situación cambiará con las obras por ejecutarse para abastecer de agua al paraje a partir del acueducto inaugurado”, recordó Phipps sobre el particular.
En cuanto a las viviendas, recordó que están próximas a inaugurarse 20 unidades habitacionales; y está previsto un plan de construcción de otras 25. Además, está pendiente la ejecución de 20 cuadras de pavimento, que estaría comenzando en los próximos días. “Tenemos pendiente la construcción del Centro Integrador Comunitario y la ejecución de 30 mejoramientos habitacionales”, agregó.
Otro de los propósitos para este año de gestión es “ampliar, reconstruir o hacer un nuevo edificio municipal”. Así lo aseguró el intendente, iniciativa ya trasladada al Conejo en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias. “Tenemos el reconocimiento y apoyo de la comunidad para seguir trabajando con todas las ganas”, concluyó.
En el pueblo todo es paz y tranquilidad. Sus 4500 habitantes, distribuidos en la zona urbana (incluye Puerto Antequera) y rural (con Campo Rossi y Tres Horquetas, las de mayor concentración), le dan a este municipio de tercera categoría una particularidad singular, con gente campechana y amable que no reniega de sus raíces y sueña con un futuro mejor. Asimismo, forma parte del primer tridente agrícola del Chaco, que conformó junto con Colonia Popular y Margarita Belén.
El mismo Phipps intenta explicar lo que a primera vista se nota: “Colonia Benítez se destaca todavía por su tranquilidad y seguridad. Estamos cerca de Resistencia y es un escape que tiene la gente de la ciudad para venir a descansar”, asegura a NORTE. Tanto es así que mucha gente que trabaja en la capital eligió la pequeña localidad como lugar de residencia y prefiere ir y venir todos los días, con tal de poblar sus tranquilas calles. Incluso, los colectivos que cubren el trayecto viajan abarrotados de gente que busca en sus rincones una paz añorada.
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