"Al estar Bahía Blanca dentro del área servida por ABSA, asegurar la provisión del agua es responsabilidad del concesionario, mientras que el control de los parámetros de calidad corresponde al Organismo de Control del Agua de Buenos Aires (Ocaba)", aclaró desde la Autoridad del Agua (ADA), con sede en La Plata, el responsable del área Dirección de Uso y Aprovechamiento, ingeniero José Luis Arévalo.
También advirtió que la Autoridad del Agua mantiene competencia en lo atinente al uso del recurso, tanto sea éste superficial como subterráneo, y que conserva el poder para autorizar y/o clausurar una obra.
Arévalo sostuvo que si bien no ha sucedido aún con Bahía Blanca, no se descarta, como ocurrió ante el importante aumento de las perforaciones, que ABSA le solicite a la Autoridad del Agua hacer operativos para detectar las que no han sido declaradas y así poder intimar a sus propietarios o llegar hasta la clausura.
Según Arévalo, la ley provincial 11.820, que habilitó la concesión del servicio de agua potable y cloacas, hasta ese entonces en poder de Obras Sanitarias, determinó que "ningún particular, estando en zona servida por una red pública, puede hacer una perforación para destinar el agua al consumo humano, sin contar con la autorización del organismo de control (ADA)".
El funcionario manifestó que, hasta el momento, la ADA no había recibido comentario alguno desde ABSA o el Ocaba donde se manifestara que la población tomaba agua que revistiera algún riesgo con respecto a los parámetros de calidad establecidos por el Código Alimentario.
"La ADA insiste con que las perforaciones sean ejecutadas a través de empresas registradas (resolución 596/07) y profesionales que puedan responsabilizarse por el trabajo", señaló Arévalo.
En ese sentido, recomendó prestar atención a empresas radicadas en la plaza, con conocimiento acabado de las condiciones geológicas del terreno, y a las que se pueda recurrir en caso de necesidad.
"Las perforaciones deben cumplir con las normas del buen arte. Estar encamisadas adecuadamente, con el filtro correspondiente y el aislamiento indispensable de los niveles superiores. Una perforación mal hecha es como un traje roto. Nadie lo puede volver a coser", alertó
Dato
En Bahía Blanca, la sede de la Autoridad del Agua funciona en avenida Alem 1610, teléfonos 488-1745 y 488-7479.
Las claves
El lodo de perforación
Se llama lodo de perforación a la inyección formada por agua y algún aditivo --bentonita, polímeros orgánicos-- que se hace circular desde la superficie por el interior de la cañería de perforación y que vuelve por el espacio anular entre ésta y las paredes del pozo. Sirve para sacar los recortes de suelo que deja la herramienta de perforación, retener las paredes y limpiar el pozo.
Si el lodo no guarda la relación de densidad y viscosidad adecuada la arcilla que participa en su composición puede hacer disminuir drásticamente la permeabilidad del pozo, al sellar las paredes de las formaciones. Eso puede ocurrir, por lo general, cuando la sarta de perforación tiene poco peso --cañería de diámetro reducido, herramienta inadecuada-- y la capacidad de la bomba es reducida. El grado de avance de la perforación es muy bajo y la velocidad inadecuada.
El perforista necesita "engordar" el lodo para mantener estables las paredes del pozo y sacar a la superficie los recortes de suelo. Si el acuífero es naturalmente pobre --tiene bajo rendimiento-- se corre el riesgo de sellar los niveles más productivos por un uso excesivo de bentonita en la inyección. El pozo tendrá un bajo rendimiento y será muy difícil poder mejorarlo.
La correcta elección del filtro
Existen filtros de acero inoxidable, galvanizado o crudo, y de ranura continua o rejilla soldada; de PVC, ranurados por el fabricante, o por el perforista --ranuras longitudinales, hechas con amoladora, o transversales--.
El tipo y diámetro de la ranura del filtro son dos aspectos claves para un buen funcionamiento del pozo.
Si el diámetro de la ranura es mayor al adecuado es posible que el pozo tire arena permanentemente, fundamentalmente cuando la bomba arranca. Si la bomba provee a un sistema de riego, habrá que hacer mantenimiento permanente de los filtros. Toberas y aspersores se taparán continuamente. Si el contratista que se ocupó del riego es ajeno a la perforación no se hará responsable por los inconvenientes.
El diseño de las bombas sumergibles no admite la presencia de arena en el agua que circula a través de ellas. Si ésta es excesiva es muy posible que las turbinas se traben y el motor se queme. Salvo que los motores sean del tipo en baño de aceite será imposible rebobinarlos. Por lo general, tampoco conviene hacerlo por razones económicas.
Si el diámetro de la ranura del filtro es menor al adecuado, el agua tarda demasiado en ingresar al filtro y la electrobomba puede comenzar a aspirar aire. El caudal cae rápidamente y corre riesgo la vida útil de la bomba. Es posible que el fabricante garantice un alto caudal, pero el pozo nunca lo podrá suministrar.
Si la ranura del filtro es la adecuada, la velocidad de ingreso del agua será baja, lo que asegurará una mínima "perdida de carga" por rozamiento. El nivel del agua dentro del pozo descenderá hasta estabilizarse, pero la bomba no trabajará en vacío, porque la depresión nunca alcanzará la cámara de aspiración.
Los filtros existentes en el mercado o fabricados tienen distintos rendimientos por metro --permiten mayor o menor entrada de agua--. Si se elige mal se corre el riesgo de no alcanzar el rendimiento deseado o tener que colocar más tramos de lo necesario.
Prefiltro
Un pozo eficiente necesita de un prefiltro de grava graduada que se coloca alrededor del filtro y cumple la función de detener el material fino (arena, limo y arcilla). La graduación de la grava tiene que estar en relación directa con el tipo de suelo atravesado durante la perforación y la amplitud de la ranura del filtro.
La perforación debe ser ejecutada con un diámetro tal que permita colocar, como mínimo, un prefiltro de 2 a 3 pulgadas de espesor alrededor del filtro.
Cementación
La cementación (aislación) de los niveles superficiales del acuífero, que es donde casi sin excepción existe algún grado de contaminación orgánica e inorgánica, se debe hacer con una mezcla adecuada de cemento, agua y bentonita, desde el fondo hasta la superficie.
Lavado y desarrollo
Las perforaciones deben limpiarse por lavado y pistoneo (parada y arranque sucesivos de la bomba) para retirar los restos de lodo de inyección, y posteriormente desarrollarse mediante un bombeo prolongado --entre 24 y 48 horas-- para mejorar su permeabilidad.
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