El año empezó a los tropezones para la gente del Este de la ciudad. En febrero, un día de terrible calor, la Comuna debió limpiar un decantador de la planta nueva, el trabajo insumió más de lo necesario y resultó que los vecinos se quedaron toda la jornada sin agua, porque bajó la presión. Hace dos semanas, debieron padecer otro medio día sin agua, también por problemas de regulación de válvulas. Pero ayer se complicó todo aún más. Al filo de la medianoche del domingo, empezó aflorar el agua en un terreno lindero a la planta, y a borbotones fue hacia abajo, hacia el campo de golf del Club Estudiantes, donde un desagüe fue recibiendo la correntada.
A las 4 de la mañana del lunes los operarios empezaron a cavar con dos retroexcavadoras, en busca del desperfecto. Se trataba del caño de 900 milímetros que alimenta nada menos que dos centros de distribución, Lola Mora, en Barrio Policial, y Parque del Lago, en Gazzano. Obligadamente hubo que cortar el suministro, vaciar el caño, que estaba lleno de agua hasta la zona de Gazzano, sacar el segmento inutilizado y reemplazarlo.
En ese duro trabajo estuvieron los empleados de Obras Sanitarias hasta ayer cerca de las 20, cuando estaban ajustando los tornillos de las dos junturas del enorme caño que se había roto. Restaba aún probarlo, para descartar la posibilidad de que volviera a perder agua. El problema fue en las juntas, según dijo un alto funcionario del área en diálogo con EL DIARIO.
Todos los barrios del este y del sureste, la zona del Parque Gazzano y los barrios que atraviesa avenida Jorge Newbery, se quedaron sin agua. Los vecinos con tanques domiciliarios quizá pudieron paliar la situación, pero otro fue el panorama para las viviendas que carecen de cisterna. Desde Obras Sanitarias se calculaba anoche que el 35% de la ciudad se quedó sin agua de red el día entero.
OTRA VEZ. Las roturas de caños del flamante tendido que acompañó la construcción de la nueva planta fueron la pesadilla de las autoridades de Obras Sanitarias al inicio de la gestión de José Carlos Halle. La explicación oficial era que la presión del agua, hasta que fuera regulada, iba a seguir haciendo estallar la cañería. Pero además, había inconvenientes con el material de las nuevas instalaciones (ver aparte).
No es la primera vez que el caño que se rompió este domingo tiene problemas. Justamente, cuando recién se empezaba a poner en marcha la planta nueva, en mayo de 2008, ese caño de 900 milímetros colapsó, justo allí o a pocos metros y siguió rompiéndose. Esa vez, hace casi dos años, Juan José Moreno, titular de Saneamiento, explicó que la elevada presión y el volumen del agua “aflojaron unos caños” y consideró que fue “una falla humana de colocación”. Después comentó que todavía se está en “un período donde se pueden producir algunos desperfectos: como desajustes en la cañería y en las instalaciones y roturas cuando se le inyecta una presión (elevada). Todas estas cosas, durante un tiempo, hasta que la obra quede en estado de régimen, van a ocurrir”.
Ayer, en marzo de 2010, con el mismo caño roto, se volvió a oír un comentario parecido: “Se cortaron los extremos: la junta se rompió por vibraciones. Estamos expuestos a esto en las distribuidoras. Es inevitable. No se puede prever. Los que los fabricaron, los que armaron (la red) en los primeros tiempos dijeron que con las nuevas presiones se siente el primer golpeteo, después es como que se estabiliza”, señaló ayer mismo en diálogo con EL DIARIO el gerente comercial de Obras Sanitarias, Ricardo Gaitán. “Cuando se manda mucha presión, hasta buscar los puntos adecuados, se producen estallidos de caño, hasta que se habitúan (los caños) a la presión”, dijo.
TRABAJO. Ayer, llenos de barro y con las marcas del sol en la nuca, seguían trabajando los empleados de las cuadrillas de Obras Sanitarias, unos todavía metidos en el pozo, apretando las juntas, y otros ya arriba pero allí aún, entre los mosquitos, a un lado las instalaciones de la planta nueva y al otro el monte nativo.
Un camino de barro y arena, el camino que había hecho el agua desde la medianoche del domingo hasta las 4 de la mañana de ayer, cuando cerraron el suministro, aún húmedo, unía el agujero que habían hecho las máquinas ayer a la mañana, con la alcantarilla del Golf, a casi 200 metros en pendiente. Arriba, a metros del pozo lodoso, de punta en blanco, los funcionarios que dirigían la obra. Dentro del predio cercado de la planta, se alcanzaba a divisar otra retroexcavadora, pero de ésta no se dieron noticias.
Según se informó a EL DIARIO en el lugar del hecho, al barrio vecino a la planta nueva se le pudo proveer agua por “un bombeo chico” pero más allá, José Hernández, Aatra, Policial, Lomas, Paraná XIV, la gente de Gazzano, la gente de Newbery, Ramírez sur, se quedó sin agua de red. Se intentó suplir la alimentación por el centro de distribución Gazzano con agua mandada desde la planta vieja del Cristo, pero se sospechaba que apenas había llegado en un hilo a las zonas más cercanas. En tanto, se aclaró que aunque se cortó el bombeo hacia Lola Mora y Gazzano, se mantuvo la alimentación de la planta del Cristo, porque el agua va por otro caño al centro. Es decir que la planta no tuvo que dejar de funcionar.
Caños fallados: de cuando la planta estuvo parada tres meses
AL INICIO DE LA GESTIÓN DE JOSÉ CARLOS HALLE, cuando recién se ponía en marcha la planta construida durante el gobierno de Julio Solanas, empezaron a fallar los caños nuevos tendidos por la empresa Isolux, y fue tan grande el desastre que la Comuna decidió lisa y llanamente dejar de operar la planta nueva hasta que se resolvieran los problemas. Fue en julio de 2008. Lo que pasó fue que se había roto reiteradas veces el caño de impulsión que distribuye el agua potabilizada de las instalaciones de Rondeau y Echeverría a los centros de distribución Lola Mora (Aatra III) y Parque del Lago (Gazzano), con grandes contratiempos para los vecinos. El mismo caño que se rompió ayer.
Esa vez cuando se desconectó la planta nueva, iba a ser la contratista Isolux la responsable de reparar los caños, junto con el fabricante, la firma Petroplast, de Mendoza. Los fabricantes iba a “verificar centímetro a centímetro la instalación” de los caños de impulsión de PRCD, plástico reforzado con vidrio. Esos caños eran los que habían tenido problemas desde que se empezó a enviar agua de la planta nueva a los barrios, en abril de 2008. “Esas filtraciones están dentro de los márgenes de puesta a punto”, justificó ya en ese entonces Tomás Arias, ex titular de Planificación de la Comuna. En tanto, el director de Medioambiente de Isolux, Miguel Olmedo, dijo que era “normal que haya inconvenientes de fugas en las primeras etapas de ajustes” aunque reconoció que las roturas pueden deberse “a algún golpe que hayan sufrido las cañerías durante el traslado”. “Esperamos que salga todo bien. Estamos en manos de las empresas y de Dios”, dijo Arias aquella vez.
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