En América Latina y el Caribe hay 120 millones de personas sin sistemas de acceso a agua potable y a servicios de saneamiento básicos, según se divulgó ayer en la Segunda Conferencia Latinoamericana de Saneamiento, desarrollada en Brasil. Federico Basañes, responsable de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), agregó que sólo el 20% de las aguas residuales son tratadas en esas zonas, lo que produce “un gran impacto” en la salud y el medio ambiente. En los próximos cinco años el BID prevé destinar 6.000 millones de dólares más a la región, de los que la mitad serán dedicados a proyectos de saneamiento. “Este sector requiere inversiones de muy largo plazo, de 25, 30 o 35 años, y es difícil encontrar financiamiento”, apuntó el funcionario.
El mismo día, Unicef y la Organización Mundial de la Salud aseguraron que el 87% de la población mundial –5.900 millones de personas– ya dispone de fuentes de abastecimiento de agua potable. Sin embargo, casi el 39% –2.600 millones– carece de servicios de saneamiento mejorados. La gran mayoría de quienes sufren esa problemática vive en las zonas rurales. Una disparidad análoga se produce entre la población pobre y el resto de la población. “Si se comparan el 20% más rico y el 20% más pobre de la población del África subsahariana, se constata que el porcentaje más rico tiene el doble de probabilidades de utilizar una fuente de abastecimiento de agua potable mejorada y casi cinco veces más probabilidades de disponer de servicios de saneamiento mejorados”, se detalla en el informe de los organismos internacionales.
|
|
|