Unas 5.800 personas resultaron afectadas en Paysandú por los fuertes temporales registrados que determinaron la creciente del río Uruguay. Una gran cantidad de familias tuvieron que ser evacuadas o autoevacuadas a finales del mes de noviembre y algunos regresaron recién a mediados de febrero.
La situación fue vivida de distinta manera por los más de 5.000 sanduceros afectados, pero el denominador común fue "el impacto psicológico", según explicó Carlos Damico, coordinador de la oficina territorial de Paysandú del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
Aprender de la experiencia
Hoy comienza a realizarse el censo para recabar datos sobre la situación que atraviesan las familias afectadas por las inundaciones. La actividad se iniciará en las proximidades del barrio Ledesma. Ayer se capacitó a los voluntarios que participarán en la actividad, que llevará varios días.
"En acuerdo con la Universidad de la República (Udelar) y el Comité Nacional de Emergencia (CNE) se están capacitando a unas 50 personas que censarán los hogares de las personas afectadas por las últimas inundaciones", comenzó diciendo Damico.
La tarea se desarrollará en tres etapas. Primero se llevará a cabo el trabajo de campo, luego la verificación de datos y finalmente se hará el ingreso de la información.
"El objetivo del censo es evaluar en qué condiciones se encuentran las familias que resultaron afectadas y que han retornaron a sus hogares, saber cuáles son las condiciones de vivienda, cómo están de salud y cuál fue el impacto psicológico que padecieron", explicó Damico. En cuanto al último punto citado, el entrevistado destacó que "sufrieron un gran impacto por el rápido avance de las aguas".
Según Damico, las personas evidencian la angustia de haber perdido muchas cosas. "Además de los objetos materiales, durante la evacuación sufrieron la pérdida de intimidad e identidad", reflexionó.
Quienes debieron ser evacuados por el Sistema Nacional de Emergencia (SNE) permanecieron alojados en el refugio nocturno de Paysandú, en el estadio de basquetbol municipal, en el edificio de la Liga de Fútbol y en galpones de empresas privadas.
Los datos recabados serán brindados al SNE y al Comité de Emergencia Departamental para que puedan evaluar y medir las consecuencias que tienen los fenómenos meteorológicos. El fin es que sean considerados en la toma de decisiones políticas a futuro.
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