A raíz de las precipitaciones pluviales, incesantes desde fines de 2009, la registrada en la madrugada de ayer y las que aún amenazan con sus efectos en toda la Quebrada de Humahuaca, las comunidades asentadas en zonas rurales reclaman un pronto restablecimiento de las principales vías de comunicación terrestre, reparación y reinstalación de defensas patas de gallo y gaviones, reinstalación de biodefensas -arrasadas por los caudalosos cursos de agua-, bordeo y acondicionamiento de tomas de agua y canales de riego seriamente dañados.
Los principales daños se registró en los departamentos de Tumbaya, Tilcara y Humahuaca. El mes pasado, en el paraje Tunalito, la Ruta Nacional 9 fue cortada por un alud y arrastró varios metros a dos vehículos con sus ocupantes, rescatados ilesos. En el mismo lugar, las consecuencias en la producción y viviendas golpearon a agricultores minifundistas. Las aguas turbulentas del río Grande asolaron parcelas de verduras, cereales, anegó y erosionó la estructura de humildes casas. En la zona de Huacalera e inmediaciones de la Huerta, se cortó caminos y los terrenos cultivables listos para la cosecha fueron devastados, en algunas casos en su totalidad.
En la jurisdicción de Humahuaca, los distritos de Chucalezna, Esquinas Blancas, Uquía, Ocumazo, Cianzo, Aparzo, Palca de Aparzo, Varas y Chorcán, los contratiempos y perjuicios acontecieron en caminos carreteros, defensas, canales de riego y la producción ya terminada. A las márgenes de los ríos Grande y Calete se arruinó la inminente cosecha de maíces, habas, zanahorias, zapallos, papas, cebollas, ajos, otras verduras y forraje. Mantos de greda y arcilla y capas de áridos, cubrieron grandes extensiones de cultivos. Muchas familias que viven de la actividad agroganadera quedaron en la desolación y angustia por la pérdida de los alimentos. La falta de elementos sustentables y la anulación de vitales ingresos económicos las ponen en grave situación de vulnerabilidad.
Grupos de comunidades originarias se contactaron y mantuvieron reuniones con reparticiones municipales y de la provincia, reclamando acciones inmediatas, concretas y reparadoras para caminos, resarcimiento por los daños en los cultivos y planificación para la construcción de sólidas defensas, considerando los puntos de mayor riesgo las márgenes de ríos y arroyos. Además de estos daños, se vieron afectados los establecimientos escolares, puestos de salud y de seguridad que dependen del Estado, ya que al no contar con caminos transitables, provisión de agua potable, etcétera, el personal público se ve impedido de llegar a sus puestos de trabajo y desempeñarse adecuadamente.
Hubo casos en que las respuestas fueron rápidas algunos municipios locales, la Dirección de Recursos Hídricos y Vialidad de la Provincia desplegaron maquinaria para encausar ríos y arroyos y restablecer los caminos comunitarios. Las mismas áreas del Estado Provincial se comprometieron a seguir trabajando con las comunidades con miras a prevenir la próxima temporada a fin de mitigar sus consecuencias. No faltó la queja de productores quebradeños, por la poca predisposición de algunos municipios para relevar y calcular los daños producidos en los cultivos. “Para nosotros no hay emergencia climática que valga;por más que se la declare, no hay compensación económica por las pérdidas que venimos soportando por heladas, sequías, granizo e inundaciones”, manifestó un horticultor de Uquía.
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