El Consejo de Ecología y Medio Ambiente (Codema) de Río Negro, advirtió que no autorizará el funcionamiento de la nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales de J.J. Gómez si no se cumplen con los requisitos ambientales dispuestos. Además los propios vecinos manifestaron su malestar por un desagüe que fue desafectado para realizar la conexión cloacal en la obra, lo que generó inundaciones con las últimas lluvias.
Sin dudas se trata de una nueva polémica en puerta. Y la situación empeora si se tiene en cuenta que, a menos de 20 días de su puesta en funcionamiento, ARSA admitió también que la obra, aún en prueba, presenta algunas filtraciones.
Así lo confirmó ayer Enrique Kamerbeek, subgerente regional de Aguas Rionegrinas, quien informó que las falencias se detectaron en una prueba piloto, a poco de poner la planta en marcha. El ingeniero informó también que las filtraciones ya están siendo subsanadas por la empresa constructora.
Mientras tanto, algunos vecinos de J.J. Gómez en diálogo con este medio, reclamaron por las consecuencias que está trayendo en el sector, un desagüe que fue utilizado para "llevar las cloacas hasta la planta de tratamientos", según explicó un comerciante. En virtud de esta "mala conexión", indicaron, cada vez que llueve, el agua no tiene por dónde escurrirse y se inundan las casas que se encuentran sobre la calle Juan Manuel de Rosas. Como una solución provisoria, para que el agua drene, se realizó una zanja en medio de esta calle, que luego fue tapada, explicó el comerciante, y "esto provocó aún más problemas para circular por toda la zona".
Por si fuera poco, al enojo de los vecinos y a las fallas en la flamante y millonaria obra, se sumaron las declaraciones del titular del Codema, Oscar Echeverría, quien aseguró que "no se va a autorizar el funcionamiento de la nueva planta de líquidos cloacales, inaugurada en septiembre pasado".
Entre los argumentos, sostuvo en radio Manantial, que "no hay como dijo el intendente Soria, ninguna forestación anexa, los líquidos se vierten al río y tiene serios defectos constructivos".
Luego en un comunicado de prensa, ratificó la decisión y explicó que "el problema más importante es la falta de forestación de las 25 hectáreas comprometidas, que no está hecha y ni siquiera está el predio. A esto hay que sumarle las dificultades para forestar por las características del suelo".
En tal sentido, Echeverría explicó que los primeros inconvenientes comenzaron a detectarse con las pruebas hidráulicas en la segunda pileta de aireación, cuando fueron frenadas por las filtraciones que se producían por un defecto de construcción, no cumpliéndose la condición principal que es la impermeabilidad de las mismas.
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