La canalización del río Juramento, una obra desaconsejada en territorio salteño por su incoveniencia e impactos negativos, vuelve a despertar preocupación en El Quebrachal (Anta), donde se advirtió que una consultora contratada por el gobierno santiagueño avanza con el resistido proyecto.
Productores de El Vencido y San Miguel se convocaron días atrás en la casa de uno de ellos, Epifanio Villareal, y reiteraron en un acta su “oposición y rechazo” a un proyecto que consideran “por demás grave para nuestra forma de vida, nuestras tierras, nuestra producción, nuestro medio ambiente y nuestro futuro”.
Treinta y siete productores de la zona y el propio intendente de El Quebrachal, Lenoardo García, solicitaron al gobernador Juan Manuel Urtubey y a otros funcionarios que “formalicen el rechazo de las obras de captación” impulsadas desde Santiago del Estero, atendiendo a estudios técnicos que recomiendan otras alternativas.
Tal como se advirtiera a través de este medio en febrero de 2008, frente a las pérdidas registradas antes de que los caudales erogados desde El Tunal (Salta) lleguen el dique Figueroa (Santiago del Estero), la cartera que conduce Julio De Vido le dio luz verde al gobierno santiagueño para que empuje la construcción de un canal que conduzca las aguas del Juramento-Salado a lo largo de los 300 kilómetros que separan a ambas.
Tan costoso como innecesario, el proyecto que la gestión de Gerardo Zamora contrató con la consultora ATyA encontró serias objeciones por sus altos impactos ambientales y sociales, de modo que luego de varias reuniones se anunció que las obras de canalización se ejecutarían sólo en territorio santiagueño.
Este acuerdo se basó en los registros de EVARSA, la empresa que realiza las mediciones en los principales ríos del Mercosur y cuyos aforos permitieron conocer en los últimos años que un 70% de los caudales del Juramento-Salado se pierde y saliniza en los bañados santiagueños.
Aquel entendimiento llevó cierta tranquilidad a las poblaciones y áreas de producción situadas aguas abajo de El Tunal, pero en los últimos días se supo que ATyA avanzó con un proyecto alternativo que prevé la canalización de los de los últimos 35 kilómetros. Este es el tramo que separa a El Vencido de la actual toma del Canal de Dios, donde la construcción del ancho canal implicaría graves afectaciones a unos 30 catastros y dejaría a 37 productores expuestos a una ruinosa situación.
El nuevo proyecto dejaría “en seco” el río en esos 35 kilómetros, cortaría unas 30 propiedades e implicaría expropiaciones.
Además impediría a los productores afectados regar campos situados al este. Los caudales no tendrían posibilidad de uso y este conflicto tendría que dirimirse en la Corte.
Qué dicen los informes
Un informe de Carlos Saravia Toledo, ingeniero agrónomo salteño con destacados antecedentes internacionales en manejo integrado de cuencas, remarca que las pérdidas verificadas en el río desde El Tunal hasta el límite Sur de Salta promediaron en 2007 el 10,55%, un porcentaje que no justifica en absoluto obras de canalización como la que se pretende ejecutar.
El experto remarcó que “las mayores y graves pérdidas se producen dentro de Santiago del Estero y alcanzan al 70% de los caudales que llegan al Canal de Dios”. Otro factor que torna aún más delicado el problema es la alta salinización de las aguas que avanzan hacia el dique Figueroa. Los caudales transcurren por capas de suelo de alto contenido salino a raíz de la profundización del cause desde las cercanías de la toma del Canal de Dios hacia el Sur.
Saravia Toledo hizo notar que la canalización del Juramento en territorio salteño obligaría a dejar en el río un “caudal ecológico” no utilizable. |
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