El agua no segura y el escaso saneamiento son la causa de aproximadamente el 88% de todas las enfermedades del mundo en desarrollo. La tasa de muerte anual excede los 6 millones de personas, 1,5 de ellos, niños. Por ese motivo, el próximo 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua 2010 bajo el lema ‘Agua limpia para un mundo sano’, una cita que este año pretende hacer reflexionar sobre la necesidad de garantizar el control de la calidad del agua y realizar actividades de prevención de la contaminación, limpieza y rehabilitación, entre otras.
En un contexto mundial en el que 1.100 millones de personas carecen de acceso a agua potable y 2.600 millones no cuentan con los servicios de saneamiento básico, los contaminantes metálicos y la contaminación microbiótica del agua son graves preocupaciones, dado que representan un alto riesgo de enfermedad y muerte prematura.
Según el Banco Mundial, el agua es la causa de un 88% de las enfermedades del mundo en los países en vías de desarrollo. La contaminación del agua es el origen de 4.000 millones de casos de diarrea que causan la muerte de más de 6 millones de personas al año; de 300 millones de enfermos de malaria; de 6 millones de personas ciegas a causa del tracoma; y de 500 millones de personas en riesgo de contraerlo, según el Banco Mundial. La ONU también sugiere que el agua en mal estado es la causa de 1,5 millones de casos de hepatitis A y de 133 millones de casos de gusanos intestinales.
Por todo ello, el control sobre la contaminación y la calidad del agua es un componente necesario para ayudar a mantener la salud y la vitalidad de todos los organismos que dependen de los ecosistemas acuáticos. La gestión adecuada de los recursos hídricos ayuda a promover el desarrollo económico de los países en vías de desarrollo que, a su vez, contribuye al bienestar humano y es fundamental para aliviar la pobreza.
Desde la Alianza por el Agua, queremos aprovechar el Día Mundial del Agua 2010 para instar a gobiernos, instituciones y corporaciones a realizar una gestión del agua holística, responsable y sostenible. En este sentido, la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) es una herramienta ampliamente reconocida por su habilidad para incorporar las dimensiones socioeconómica, medioambiental y técnica de los ecosistemas acuáticos en cualquier esquema de dirección.
Igualmente, creemos necesario el reconocimiento del Derecho Humano al Agua Potable y el Saneamiento Básico que obligue a los estados a garantizar el acceso a estos servicios esenciales, que son condición indispensable para la realización de otros Derechos Humanos, como el derecho a la educación, a la salud o a la vivienda digna.
Acceso a agua potable en Centroamérica
Sin embargo, la disponibilidad de agua no constituye por sí misma una garantía de desarrollo, aunque sin ella el desarrollo sostenible es impensable. Según el Plan de Salud de Centroamérica y República Dominicana 2010-2015, elaborado y consensuado por todos los Ministerios de Salud de los países de la región, en materia de cobertura del agua potable y saneamiento los países centroamericanos muestran grandes desigualdades entre sí.
Las mayores diferencias se dan en lo urbano y lo rural, ya que un 93% de la población urbana tiene acceso a agua potable, mientras que sólo un 60% de la población rural cuenta con este servicio. Asimismo, se estima que un 78% de la población urbana y un 58% de la población rural cuenta con servicios de saneamiento básico, el cual solo considera la canalización de excretas y no su tratamiento. De hecho, en Centroamérica, menos del 20% de las aguas residuales son tratadas antes de ser devueltas a las fuentes naturales de agua. Solo en Guatemala y en El Salvador, la cobertura de tratamiento de aguas residuales no supera el 5%.
La calidad de agua, así como los problemas de contaminación por actividades industriales, agroindustriales y agropecuarias, cobran cada día mayor relevancia. Se considera que cerca de la mitad de la población de los países centroamericanos – unos 22 millones de personas- está expuesta a fuentes de agua contaminadas (coliformes fecales, sustancias orgánicas industriales, sustancias acidificantes, metales pesados, fertilizantes, pesticidas, sedimentos y salinización), que incrementan las incidencias de las enfermedades.
Retos Globales
Pese a que las necesidades de financiación de proyectos para el desarrollo económico y la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas en el sector agua son de unos 111.000 a 180.000 millones de dólares por año, la inversión en infraestructuras de agua y saneamiento que se realiza actualmente es solo de entre 10 mil y 30 mil millones de dólares al año.
La llamada crisis del agua es esencialmente una crisis de gobernabilidad, directamente relacionada con los desafíos ambientales, sociales, económicos y políticos, que plantea la necesidad de una gestión más eficiente de este recurso vital. La forma en que las sociedades organizan sus asuntos relativos al agua tiene una importancia crítica para la promoción de una estrategia integral de desarrollo enfocada en combatir la pobreza, promover la competitividad y asegurar la presencia del agua en los procesos ecológicos.
Según Naciones Unidas, por cada dólar invertido en la mejora del agua y el saneamiento, el beneficio es de 2,34 dólares. Los beneficios económicos de proveer de agua y saneamiento de forma simultánea a los hogares y el sector de la salud ascienden a 84.000 millones de dólares al año, lo que representa una reducción de costos de salud, de número de muertes y de días de absentismo laboral por enfermedad, y un ahorro de tiempo y esfuerzo productivo por la proximidad de los servicios de agua potable y saneamiento.
Fuente: Analítica
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