Hace varios años que la falta de lluvias castiga a los sectores productivos del sudeste bonaerense, situación que dio lugar a la ley 24.959 --conocida como Ley de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense, con beneficios impositivos para los más afectados-- en reconocimiento de la crisis que asolaba al sector.
Sin embargo, en estos últimos meses una situación climática favorable parece comenzar a revertir los estragos de la falta de agua de los últimos cinco años.
Según aseguró el ingeniero Miguel Ércoli, titular de la delegación Pigüé de la secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación, las copiosas precipitaciones registradas últimamente traen alivio a los campos, al darle un nivel de humedad a los suelos que augura mejores momentos para el sector de cara a la siembra fina.
"La sequía ya es historia --dijo Ércoli-- porque entramos en un otoño más húmedo y ya se pueden empezar los trabajos de preparación de lotes".
El funcionario manifestó que, según sus informes, esta situación viene superándose con las últimas lluvias desde hace 20 días.
De acuerdo con los informes de las asociaciones rurales locales, desde diciembre último los registros de lluvias en la zona cercana a Pigüé rondan los 300 milímetros, una cifra apenas inferior de toda la producida durante 2009.
"Mientras se mantenga la temperatura y no haya heladas en toda la zona va a haber algo de cosecha gruesa y, también, la posibilidad de empezar los barbechos para la fina", dijo.
Una de las preocupaciones --sobre todo del sector sojero-- está dada, en la actualidad, por las bajas temperaturas registradas --con mínimas de 3º C y 4º C-- muy cercanas a una helada, lo cual cortaría abruptamente el ciclo de la soja.
Más allá de este factor, reconoció que las expectativas para lo que queda del año son buenas.
"No se necesita más humedad porque llovió en la zona donde hay más soja y, a su vez, el agua permite una pequeña retención de hacienda porque los pastos se han recuperado, todo lo cual se suma al beneficio por el reacomodamiento de los precios", afirmó.
"Esto se desprende de mis informes --aseguró Ércoli--, ya que el hecho de que el ambiente esté más húmedo contribuye a que haya tormentas con buenos registros", dijo y agregó: "Aunque veremos qué pasa de acá en adelante".
"El panorama en cuanto a humedad es optimista y también se reacomodaron los valores de la hacienda, de la invernada y la venta de terneros", admitió.
Según el funcionario, todo esto ayuda a que empiece a mejorar la situación, sobre todo para revertir el desánimo, "al ver que uno puede pagar las cuentas", dijo.
Por otra parte, si bien --según Ércoli-- se ven muy pocas pasturas perennes, se están sembrando verdeos y los sorgos para pastoreo están un poco atrasados, pero con muy buen desarrollo.
"Gracias a estos factores se puede terminar mejor la hacienda y también venderla mejor, con una calidad superior", explicó.
Además, manifestó que si bien hay un alivio respecto a la situación que se venía dando, todavía no se ve demasiado movimiento en los productores respecto de la preparación de los suelos para la siembra de trigo.
Consultado acerca de los motivos de esta actitud de los productores trigueros manifestó que aún hay "resabios" de la sequía.
"Seguramente hay temor de que se paren las lluvias y se repita la experiencia de los últimos dos años, cuando todos se entusiasmaron a preparar y sembraron muy mal", señaló.
"Yo creo que esta última lluvia --de la antevíspera-- va a cambiar un poco el panorama", expresó.
"Las condiciones para sembrar son muy buenas, y más si las lluvias siguen bajo parámetros normales, porque hay un poco menos de hacienda y de a poco va quedando más lugar y más pasto, con mayores posibilidades de sembrar" señaló.
Recomendaciones del INTA por el piso de arado
Dado que --según el INTA Médanos-- las últimas lluvias seguramente movilicen a muchos productores a sembrar distintos cereales de invierno y/o pasturas perennes, desde este organismo se creyó necesario elaborar una serie de sugerencias para prevenir fracasos en la evolución y buen comportamiento de las pasturas.
"Un problema típico de los suelos del secano del distrito de Villarino es el piso de arado, especialmente aquellos donde se ha hecho agricultura por muchos años con sistemas de labranza convencionales como arados de reja, de disco o de rastra", dijo el ingeniero Vicente Larreguy, titular del Inta Médanos.
Según el especialista, la zona endurecida --de unos 10 centímetros-- se encuentra por debajo de la capa arable --más o menos 15 centímetros-- y su consistencia es variable, aunque siempre forma una barrera limitadora del crecimiento de las raíces y de la infiltración del agua de lluvias.
"Al no ser posible la profundización de las raíces en busca de nutrientes, se condiciona el buen desarrollo de las pasturas, situación que se agrava cuando por falta de lluvias el piso de arado aumenta su consistencia", explicó.
Larreguy aseguró que no es conveniente instalar una pastura perenne en un terreno donde se observe la presencia de este piso, caso en el cual, lo conveniente es acondicionarlo para, recién en un período de 3 ó 4 años, sembrar la pastura.
"Durante este período de acondicionamiento es necesario combinar roturaciones con arado de cinceles y la siembra de algún cereal de invierno más vicia", dijo.
"Este tratamiento permite degradar la estructura del piso posibilitando que las raíces de las pasturas puedan profundizar y lograr un buen desarrollo radicular y, por lo tanto, una planta con un buen volumen forrajero, sanidad y capacidad de rebrote", señaló.
Según el titular del INTA Médanos, en muchas oportunidades se han sembrado pasturas en terrenos con la presencia de piso, y luego de su implantación los productores se muestran disconformes con su comportamiento.
"Luego, estas pasturas son cuestionadas y hasta despreciadas, sin analizar que el problema está en el suelo y no en el comportamiento de la pastura perenne", concluyó. (Agencia Médanos).
Previsible: en Tres Arroyos ya están preocupados
La lluvia que tanto alivio trajo meses atrás después de una histórica sequía, hoy genera preocupación en no pocos productores de este distrito.
A pesar de que ayer el sol brillaba en un cielo completamente despejado, las precipitaciones del miércoles (que oscilaron entre 24 y 26 milímetros), le hacen fruncir el ceño a más de un apostador de granos gruesos del distrito.
En ese sentido, el ingeniero Martín Zamora, de la Chacra Experimental del INTA Barrow, aclaró que por estos días las lluvias dificultan el desarrollo de la cosecha de girasol.
"Es una complicación para los girasoles que todavía no se han cosechado y que están secos, pero por la falta de piso no se puede entrar con la cosechadora", señaló.
En cuanto a la soja, Zamora expresó que la mayoría de los lotes están llegando a R6, que es la etapa de mayor crecimiento de los granos.
"Respecto del rendimiento, ya no influye lo que se podrá obtener, aunque la (soja) de segunda lo va a aprovechar un poco más", consideró.
"Sí va a perjudicar si continúan estas condiciones, porque se puede llegar a complicar la cosecha, o aparecer enfermedades que tienen que ver con los granos", agregó.
Si bien las condiciones climáticas del día siguiente a las lluvias eran óptimas, Zamora no dejó de remarcar que es necesario que "salga el sol, ya que con el agua que tenemos ya es suficiente".
"Si las condiciones siguen así (húmedas), podemos tener problemas de piso en cosecha, o inconvenientes por algunas enfermedades que aparecen en el fin de ciclo y que manchan los granos.
"Esto influye en la calidad porque manchan las semillas y sufren un descuento en la comercialización. Aparte, trae problemas si el productor quiere guardar ese lote para semilla, porque disminuye el poder germinativo", explicó.
Por último, en materia de ganadería, el profesional destacó que es el área más favorecida.
"Es bárbaro para lo que es forrajera y para los verdeos que se están sembrando. Además, todo lo que a va ser cosecha fina --que empezará a sembrarse en junio--, tiene asegurada una buena provisión de agua para el inicio", concluyó Zamora (Agencia Tres Arroyos).
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